Este viernes 3 de mayo se han cumplido tres años desde que Iván Arias Durán asumió como alcalde municipal de La Paz. Como lo afirmó en distintos foros, logró el apoyo ciudadano porque su propuesta fue intangible, fue de valor. Sin embargo, su gestión edil se ha ido debilitando al punto que padece de una crisis de gobernabilidad, sin salidas a la vista, cada vez más debilitado en su propio entorno político y con muchas dudas sobre las obras para la hoyada paceña.

La crisis política que sufre el gobierno local de Arias es tan evidente que no cuenta con una bancada sólida en el Concejo Municipal. De hecho, quienes aún se consideran como parte de su gobierno, dicen que tienen libertad de acción. Inició su gestión municipal con el respaldo de seis votos (Jorge Dulón, Lucio Quispe, Óscar Sogliano, Lucia Mamani, Lourdes Chambilla y Yelka Maric), pero ahora tiene cuatro, que apoyarán los proyectos presentados por el gobierno municipal, siempre y cuando, estos proyectos sean en beneficio de La Paz y según las normas.

“Pese a que algunos concejales indican que algunos se han vendido, yo creo que en la alianza hay una democracia y no hay lineamiento. Más al contrario, se respeta la opinión de cada uno. No existe ninguna imposición del voto. Si hay observaciones, no lo vamos a aprobar, tampoco nos imponen diciendo, ‘usted tiene que aprobar’. Yo creo que se maneja la democracia y respetando la idea de cada uno”, declaró a este medio Lucio Quispe, presidente del Concejo Municipal.

Así, Iván Arias no cuenta con mayoría en el Concejo Municipal, por el contrario, es minoría, ya que solo tiene cuatro votos frente a cinco de los opositores del MAS. Mientras, dos concejalas se han declarado independientes.

Javier Escalier, concejal opositor del Movimiento Al Socialismo (MAS), señala que la crisis de gobernabilidad se debe a la soberbia del alcalde, que lo ha llevado a distanciarse de sus propios concejales. “Ahora Arias tiene la misma mayoría en el concejo que en gestiones anteriores de Del Granado y Revilla, pero no la ha sabido aprovechar. ¿Por qué?, por una soberbia interna de la que se quejan sus propios concejales, no cumple con lo que les ha prometido a ellos en época electoral”, destacó.

El concejal Quispe que fue uno de los leales del alcalde Arias ahora ve con distancia a la gestión municipal, porque los vecinos están molestos por la falta de obras y por ausencia de visión. “El alcalde está en medio de una crisis de gobernabilidad porque hay mucho malestar de los vecinos y juntas escolares porque hay mucho autoritarismo.  (…) Muchos vecinos de la Periférica y otros sectores dicen que se van a ir a marcha de protesta”, agrega

En cambio, desde el Ejecutivo Municipal se asegura que la gestión beneficia a la ciudad, niega una crisis de gobernabilidad y denuncia que hay una guerra sucia contra el municipio. “Hay intentos de desestabilización, hay una permanente guerra sucia por algunos sectores políticos, pero no nos vamos a distraer en aquello. Nosotros tenemos una nueva practica que es La Paz en paz y por el bien común. Por lo tanto, no vamos a caer en el juego de la politiquería”, declaró Gonzalo Barrientos, director de Gobernabilidad del GAMLP. 

¿Mal información o soberbia?

Otro de los factores que afecta a la gestión de Arias es el descontento de la ciudadanía, algo que ha ido en crecimiento contra el alcalde Arias, quien enfrenta los reclamos de algunas juntas vecinales, juntas escolares o hasta de sus mismos funcionarios, quienes hace una semana, se movilizaron por despidos injustificados y acoso laboral de autoridades municipales.

Aunque el Ejecutivo paceño sostiene que el conflicto edil fue causado por un malentendido subsanado mediante el dialogo, desde el Concejo Municipal se culpa a la mala información algunos secretarios y subalcaldes municipales.

“El alcalde no está bien informado por sus allegados […] Hay pues ese círculo donde el secretario ejecutivo (y otros secretarios y subalcaldes) le informan que todo está bien, pero hay malestar por parte de los dirigentes vecinales”, mencionó el concejal Quispe. Precisamente por eso, como un ejemplo, las juntas escolares de Cotahuma denunciaron la falta de inversión en las unidades educativas o las juntas vecinales denuncien una inatención por parte del gobierno municipal.

“Yo creo que sería importante que el alcalde los escuche; tanto a las juntas escolares y también a algunas juntas vecinales. Siempre es bueno escucharles porque así se diagnostica quién tiene la razón”, agregó Quispe, quien tiene preguntas sobre un programa de refacción de unidades educativas ejecutadas el 2023 y del cual no hay un informe transparente.

Aunque el alcalde puede alegar que todo ataque es político, el concejal Quispe dice que hay quejas demasiado grandes para ser consideradas de esa manera. “Hay que hacer cambios, cambios estructurales, como lo reitero, “el río suena es porque piedras trae”. Debe haber algo cierto y alcalde debe analizarlo fríamente con sus asesores y hacer un cambio”, mencionó Quispe.

 

El concejal opositor Javier Escalier califica al alcalde de soberbio y lamenta que por el mal asesoramiento se haya distanciado de la ciudadanía. “Todo pasa por la soberbia, el alcalde se enoja con los paceños. (Él) visita las zonas, (los vecinos) le piden obras y confronta. Para nada es un alcalde de paz, porque pelea con los sindicatos, está trabajando de manera errática; quizás sea un dictador que decide por si solo”, conjeturó Escalier.

En contraparte, Gonzalo Barrientos asegura que Arias instituyó la planificación participativa marcada por el dialogo y la paz con las organizaciones ciudadanas de la urbe paceña.

“La gestión tiene una gran característica innovadora y se acomoda al planteamiento del alcalde de trabajar por una La Paz en paz, lo que significa consensuar, concertar y dialogar. Consideramos que se ha cumplido con esta nueva práctica, que significa trabajar en beneficio de la comunidad, de los vecinos y de la ciudadanía y que todos aportemos nuestro granito de arena por el bien común. Eso es lo innovador”, explicó.

Al mismo tiempo, Barrientos rechaza las críticas y cuestionamientos y los califica de politiquería. “Yo pregunto en este momento, ¿quién está en contra de La Paz?, ¿Es bueno estar en contra de La Paz?, ¿Es bueno que se haga guerra sucia en contra de La Paz?, ¿Es bueno ir en contra del voto popular de la población paceña? Esas son las cuestionantes que van a ser respondidas como siempre con mucha dignidad y mucha nobleza. Estos intentos solo muestran que hay otro tipo de intereses; obviamente, no vamos a dar nombres ni quiénes ni cómo, pero hay que trabajar en beneficio de La Paz”, arremetió Barrientos.

Hasta ahora dos obras

En marzo de 2021, Iván Arias se impuso con el 49,52% de los vot5os a César Dockweiler quien consiguió el 37.82%. Llegó con aires de renovación y el respaldo ciudadano que esperaba un nuevo momento para la gestión municipal.

“Fue una gestión esperada por la ciudadanía paceña frente a un programa municipal del candidato del MÁS, que sonaba bastante atractivo, pero la mayoría confío en Arias y, hasta ahora, no hay frutos más allá de un manejo inadecuado del municipio paceño”, lamenta el concejal Javier Escalier.

Durante el segundo año de la gestión de Arias, se aprobó un crédito bancario de Bs 175 millones por parte del Banco BISA a la Alcaldía de La Paz para la ejecución de 18 proyectos, de los cuales el único que ha sido presentado fue la renovación de la Plaza Abaroa, que ha costado casi 6 millones de bolivianos. Otras de las obras en ejecución son el puente Playón Verde, la prolongación de la avenida del Poeta y las mejoras de la avenida Apumalla y de la Abdón Saavedra.

Dichas obras requieren de una inversión de Bs 97.6 millones. No obstante, los concejales, opositores y oficialistas, aguardan un informe de la ejecución detallada del crédito. “En este tema no hay informe de los Bs 175 millones. Obviamente se dice que hay obras; seguramente, se van a presentar en octubre o noviembre. No obstante, no lo vemos con mucho avance, salvo el puente del Playón Verde”, dijo el concejal oficialista Lucio Quispe. El Ejecutivo espera la aprobación para un crédito de Bs 600 millones.

“La única observación es que no hay proyectos de estudio técnico, financiero para especificar lo que se va arreglar, seguramente la Comisión de Desarrollo va a solicitar eso, más informes específicos de a dónde irá ese dinero, pedirán el estudio técnico”, especifica Quispe, quien adelantó que el plan no podrá ser tratado antes de la renovación de autoridades del concejo, prevista para mayo.