Mayo 03, 2024 [G]:

Alegrías y tristezas


Viernes 12 de Abril de 2024, 6:45pm






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Bolívar goleó en Chile a Palestino, The Strongest perdió ante Estudiantes de la Plata en la Argentina, Always empató de visita ante Defensa y Justicia, Nacional Potosí fue goleado en Brasil por Fortaleza, Real Tomayapo sorprende en Porto Alegre empatando ante Internacional. Emociones diversas y en pocos días; algunas con la incredulidad del aficionado que es escéptico con un equipo nacional en competencias como la Libertadores o la Sudamericana. Eso es lo que hace pasional al fútbol, por eso nos saca de los esquemas de equilibrio y se convierte incluso en una válvula de escape donde podemos descargar emociones contenidas, para mal y para bien.

La emoción del fútbol y las manifestaciones que el ser humano vive con este deporte son indescriptibles. Sin embargo, no solo se trata de alegrías, también de tristezas y eso hace que el tema sea más serio o definitivamente más significativo.

La alegría y la tristeza son emociones que nos mueven a expresarnos en el mundo; la alegría invita a compartir y movernos hacia afuera; la tristeza nos incita a mirar hacia adentro y procesar la pérdida. Cada victoria de nuestro equipo nos genera un descargo de algarabía. La derrota en cambio nos incita a cargarnos de un sentimiento de frustración, un enojo que nubla hasta nuestro comportamiento. ¡Que terrible! El fútbol y el resultado que genere nuestro equipo puede estar más allá del bien y del mal.

Para los bolivianos, el mínimo resultado positivo es causa de festejo. Tenemos tanta carencia de alegrías en el fútbol que lo mejor es no perder, si se empata está bien y si se gana mucho mejor. La resignación se ha vuelto tan normal que hasta el enojo dura un par de horas y luego que siga la vida, mañana será otro día.

Qué curioso, sin nos ponemos a analizar nuestra vida en el día a día, veremos que implícitamente el fútbol está en nuestra mente, por ende, los resultados que genera nuestro equipo definirá en algo nuestro comportamiento; nuestras acciones y reacciones serán explícitas en mayor o en menor medida.

Psicológicamente la alegría es una emoción que causa una sensación y gozo que se experimenta después de un logro, en este caso una victoria de nuestro equipo. Se manifiesta con un buen estado de ánimo: festejamos, nos reímos, nos mostramos positivos en lo que hablamos, en lo que hacemos, en cómo trabajamos. En nuestro hogar, en el trabajo; con la familia, con los amigos, los compañeros y hasta con quienes ni siquiera conocemos.

En la psicología, la tristeza es la emoción activa que procesa nuestra mente y diferencia nuestro estado de ánimo, por lo general de manera negativa. Cuando manejamos psicológicamente nuestra tristeza sabremos superar pérdidas, desilusiones o fracasos. Eso nos permite también establecer distancia con las situaciones dolorosas e impulsar la cicatrización del dolor generado por ellas. Sin ir tan lejos con eufemismos, lo que nos causa el fútbol.

Desde esta semana el país futbolero parece haberse partido en dos, occidente y oriente. Culminada la fase de grupos el torneo de la División Profesional, los 5 equipos de Santa Cruz quedaron fuera. Eliminación deportiva que los dejará sin fútbol al menos hasta el mes de agosto. ¿Cómo harán esos clubes para solventar sus plantillas y sus trabajadores? Crisis inminente a nivel económico. No solo los cuadros cruceños, también otros de La Paz como Always Ready que, sin embargo, tiene Copa Sudamericana. Wilstermann agudizará su precaria situación y a ver que estrategia encuentran sus dirigentes para salir adelante. Todo eso afecta psicológicamente también a sus hinchas y mucho más a sus regiones, volviendo a los clubes cruceños. ¿Cómo superará esa afición deportiva el momento de verse lejos de todo, fuera de la lucha por alcanzar algo? Difícil de sobre llevar.

El fútbol va más allá de un simple sentimiento, hoy es una fuerza que maneja la autoestima de los países y sus regiones. De su gente y de alguna manera su forma de darle cierto sentido a su vida. No es un detalle menor.

Lo que asusta es que ese sentimiento no está bien manejado por quienes dirigen el fútbol, sobre todo en Santa Cruz. Los clubes profesionales que quedaron eliminados de la competencia del torneo seriado en fase de grupos deberán necesariamente hacer un análisis profundo, un mea culpa y crear estrategias rápidas de solución. Culpar de su fracaso a los clubes de occidente es manifestar una pobreza de criterio y poner de manifiesto una ceguera gradual que afecta a sus instituciones y a la gran afición futbolera de la región.

Que se solucionen los problemas de fondo y forma de nuestro fútbol de la mejor manera. Es hora de tener alegrías y ya no tanta tristeza deportiva.

Gonzalo Gorrritti es periodista deportivo.

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