Abril 19, 2024 [G]:

Arturo, Gasparín y otros pastos

Edgar Arandia nos lleva al mundo del Ekeko para hablar de temas y personajes muy actuales


Martes 18 de Enero de 2022, 9:45am






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*El chino norteño

Entre mis baúles encontré un regalo que un amigo cabroncete me regaló en un lejano cumpleaños: una grabación de Julio Iglesias que canta en portugués e inglés y la hice sonar. En medio de esa tortura, encontré también una revista de Gasparín, el fantasma que volvió a la vida gracias a las habilidades de políticos que siembran yuca sobre las espaldas de mis compatriotas cruceños (crucos, serbio-croatas, cambas y camba collas). Desde su percha, me miraba Arturo, el Ikiku que me acompaña 30 años y al que llevaba a almorzar cada 24 de enero al Hotel Torino. Está enojado porque sabe que este año tampoco habrá banquete de Alasita, tendrá que probar su plato paceño hecho en casa por una warmi camba colla que aprendió distribuir los alimentos de la época del Jallu Pacha, o tiempo húmedo hembra.

 Las mujeres solteras le piden ayuda al ikiku, a través de compra de gallos, para encontrar marido; en cambio las feministas compran carretilla y picota y exclaman: - ¡Esto es más útil!

Arturo quiere hablar, prendo una kuyuna, preparo la coca machucada y el  bico, demuestra su malestar porque le puse un barbijo y se lo quitó, arguyendo que él también come pasto, como el jilata Vicepresidente y que por eso está con las ojeras hasta el mentón porque le sentó mal: le dio k’echalera surrealista  y expulso carnets de vacunación, ivermectina, hojas de eucaliptos y otras cosas  turbias.

Me cuenta que tuvo una entrevista con el Vicepresidente para mostrarle su solidaridad y sobre todo, preguntarle cómo es que se contagió tres veces a pesar del pasto y la vacuna. Estaba intrigado porque tal vez algún fantasma neonazi quería eliminarlo.

  • Que bien que has venido Ikiku, tu comprenderás mejor mi congoja, tengo muchos problemas que resolver: primero que algo ha fallado en las proporciones de mi pasto, tal vez era transgénico, o era pesto de albahaca, por eso no funciono; luego los fantasmas o kukulis, anchanchos o ipi jaqi que han aparecido en Santa Cruz. Con razón no podíamos identificar el modelo de la elite cruceña, no podíamos verlos y ahora recién hemos caído en cuenta de su estrategia; finalmente mis jilatas calcetines, esos que abren la boca y meten la pata para que les aplaudan la oposición. Pegas nomás quieren y no sabemos cómo hacer ítems fantasmas, estamos pensando hacernos asesorar con los hermanos Parada o sus amiguitos del modelo.
  • Acaso el Luchito no te aconseja.
  • El  Lucho saca su guitarra y canta La Internacional en ritmo de morenada y me muestra la matraca para que le acompañe, pero a ratos no tengo ganas.
  • ¡Uta! Pero jilata David, juntos deben marcar el paso, ¿Acaso no te das cuenta que el Camacho, el Calvo y el Carlos, la triple C, les vigila?
  • No me preocupa, el virus de la Evitis les ha agarrado otra vez, su última vacuna, la Dañez no les resultó, la Murillones tampoco. No nos preocupan mientras estén con el virus, además están contagiándose de la nueva variante Gasparín 22 y quieren contagiarnos, solo por eso a ratos me pongo el barbijo.  Mientras el jilata Evo este con sus tambaquis en el Chapare…
  • Bueno, hermano David, me voy, cuídate nomás, sobre todo del Gasparín 22.

 

Arturo, exhala una gran bocanada de su kuyuna, se destoca su Borsalino en miniatura y cambia de bolo. Suspira y aconseja: - Este año hay que cuidar la platita, eso le dije al Vicepresidente, pensar bien antes de gastar en reguetón y pastos que no tienen garantía. Evitaremos pelearnos, depende de nosotros, somos un pueblo muy jodido, pero sabemos organizarnos solitos felizmente. Cambien sus illas e ispallas para que no falte la comida, que todos tengan un techo y que nadie se quede atrás.

Nos espera el choclo dulce de Río Abajo, el queso frito de Collana, las papas purejas de Kalaque y las habas de Tambillo. Rociado todo en abundante llajua picante con wacataya, cilantro, perejil, tomate, un poquito de sal y molido en batán de piedra de Comanche y comer con las manos.

¡Hasta el año Arturo, Pachamama mediante!

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