Hace unos días en Wall Street, centro del capitalismo mundial, Bolivia hizo noticia y causó desconcierto en el mercado de capitales. Los bonos de Bolivia tuvieron un rendimiento del 19% en 2024, lo que lo posiciona en una de las mejores apuestas en deuda soberana de los mercados emergentes, según los índices de Bloomberg, la prestigiosa compañía internacional de asesoría financiera con sede en Nueva York. De acuerdo a Bloomberg, los bonos de Bolivia de los cuales “los US$1.000 millones en bonos con vencimiento en 2028 han aumentado 12 centavos a 59 centavos por dólar este año, mientras en instrumentos al 2030 subieron 5 centavos por dólar”.
Las explicaciones vinieron desde que el impulso inicial arrastra a todos, incluido Bolivia, hasta decir que Bolivia tiene problemas fiscales y con el sector externo muy serios y que viene arrastrando un déficit fiscal de 7,5% del PIB del año pasado que se espera se amplíe alrededor del 7,8% en 2024 y que, por lo tanto, las perspectivas no son nada halagüeñas.
Ante el desconcierto de los estudiosos financistas del norte, cabe indicar que el modelo económico vigente en Bolivia tiene la virtud de haber disminuido los niveles de pobreza en el país, en base a una participación del Estado en la economía, de una redistribución del ingreso generado en el proceso de producción, de contar con una inflación baja, entre otras, y obviamente esto tiene un costo, que no es trasladado a la población boliviana sino que es asumido por el Estado.
Otro aspecto importante considerado por la mencionada entidad es la cantidad de dólares en la economía boliviana, el Banco Central de Bolivia está vendiendo bonos, y hasta el 20 de enero del presente captó 25 millones de dólares, de los 10.000 millones de dólares que se encuentran en los hogares, por lo que podemos colegir que se trata de un proceso especulativo, que lo originaron los economistas de derecha y la oposición política con la creación de expectativas negativas, que orquestaron conjuntamente con los políticos de oposición y los medios de comunicación, con el argumento de que la crisis se encuentra a la vuelta de la esquina, sin embargo, ya pasó un año y tal crisis no existe. Y, a pesar de esto, continúan pregonando la existencia de crisis. Estos señores son los causantes de la situación actual.
Un tema central recurrente en Bloomberg es el déficit fiscal, pero lo trata de una manera general y laxa. Si hacemos un rápido análisis, de los dos últimos años, veremos que, prácticamente, el déficit en cuenta corriente no existe y si observamos la cuenta capital, ahí si tenemos déficit fiscal, porque los recursos están invertidos en grandes proyectos de inversión que hacen parte de la inversión pública, y que a partir de este año empezarán a dar sus frutos y comenzarán a generar las necesitadas divisas; en síntesis es un déficit con una cualidad transitoria que en el corto plazo puede ser revertido.
La inflación controlada es otro elemento central que explica el repunte del rendimiento de los bonos soberanos. Sabemos que la inflación es redistribuidora de ingresos a favor de los más ricos. El objetivo del actual modelo boliviano es redistribuir los resultados del proceso de producción para el bienestar de la población boliviana.
Otro hecho por demás importante es el Acuerdo de 10 puntos entre el Gobierno y los empresarios, que, en términos generales, buscan la generación del ingreso de divisas con la liberación total de exportaciones principalmente de productos que tenían restricciones porque la norma señala priorizar el abastecimiento interno. Las divisas provendrán del sector agropecuario y de la minería. Otro elemento importante es el gasto en la importación de combustible que se pretende reducir con incentivos como la promoción de la inversión privada en plantas biodiesel, el fomento de las inversiones para mejorar el rendimiento agrícola y una “subasta” de diésel con grandes compradores.
Por todo lo anotado los inversores privados internacionales, tomaron conocimiento de la realidad del país y de las perspectivas alentadoras que se tienen a pesar del contexto mundial lleno de incertidumbre y con comportamientos erráticos de nuestros países vecinos.
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