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Fernando Torres (Foto: ABC.es)

05 de mayo (ABC.es).- Viendo sus antecedentes en esta Champions, el gol y la expulsión ante el Barça en cuartos, el palo frente a Neuer en el Calderón, su crucial pase a Griezmann en el tanto decisivo y el penalti fallado en el Allianz, hay pocas dudas de que Fernando Torres será un protagonista esencial en la final del próximo 28 de mayo. El delantero regresó hace año y medio al Atlético para jugar este partido, una final con la que lleva soñando desde que era un crío con pecas y exhibía zancada en los campos de Cotorruelo.

La gran oportunidad de ganar un título con el club de sus amores le llega con 32 años, en plena madurez futbolística y con la tranquilidad de haberse asentado en el equipo tras un inicio de temporada desolador. “Cuando llegué sabía del potencial que tenía este equipo, lo llevaba siguiendo mucho tiempo. Pero una vez que entré dentro del vestuario me di cuenta de lo que había de verdad”, explicaba Torres en las entrañas del Allianz Arena pocos minutos después de concretarse el agónico billete a Milán.

Un cúmulo de sensaciones

El delantero ha vivido casi de todo en este club. Siendo un chaval disfrutó del doblete, más tarde lloró con el descenso y pudo colaborar para devolver al Atlético a Primera. Entre medias llegaron una intervención judicial y la frustración por no poder jugar en Europa con el Atleti más allá de la desaparecida y deshonrosa Copa Intertoto. Todo un cúmulo de sensaciones del que escapó en el verano de 2007 y que ahora, en su retorno, quedan compensadas con la final que le espera a la vuelta de la esquina: “Estamos más cerca de nuestro sueño. De poder hacer historia, de ser los primeros en ganar la Champions vistiendo esta camiseta. Ahora hay que ser ambiciosos, queda un partido y después de ganar a este tipo de rivales la confianza aumenta”.

Habla Torres del partido de vuelta ante el Bayern con el mismo desasosiego que el resto de la expedición rojiblanca, igual de orgulloso que ellos de haber superado a un rival que les exprimió al máximo: “Nos hicieron sufrir mucho. El final fue un asedio constante, pero este equipo es mucho equipo”. Para el delantero fue clave la charla que tuvieron en el descanso con Simeone: “Sabíamos que teníamos que cambiar, que lo que estábamos haciendo no era la forma para pasar”. Y revela una nueva conversación entre los jugadores al acabar el partido: “Hablamos en el vestuario de la pretemporada, de los momentos de dudas que hubo al principio, en el que nos mantuvimos firmes porque creíamos en nosotros”.

Ahora, a solo un pasito de hacer historia, Torres quiere que se valore en su justa medida el simple hecho de la clasificación: «Ha costado mucho llegar hasta aquí, con unos sorteos muy complicados. No es nada fácil enfrentarse al Barça o al Bayern a doble partido. Cuántos equipos merecen llegar a la final y no lo hacen. Nadie podrá decir que este Bayern no lo merecía también. Ha costado mucho».

“Solo queda un pasito”, repite de nuevo antes de alejarse hacia el autobús. Muchos de sus compañeros ya le habrán preguntado qué se siente al levantar la Champions. Nada comparable a hacerlo vestido con la camiseta del Atlético, habrá pensado.