Noviembre 23, 2024 -H-

La crisis de Argentina, Brasil y Venezuela provocan caída en el crecimiento de la región

El Informe del Banco Mundial da cuenta de la complicada economía de los tres países, en especial Argentina y Venezuela. El crecimiento para este año en América Latina será de apenas 0.6%, cuando estaba previsto que llegue a 1,6%.


Viernes 5 de Octubre de 2018, 8:45pm






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El último informe del Banco Mundial sobre las perspectivas de crecimiento de la economía de América Latina da cuenta de que las condiciones de Venezuela, Argentina y Brasil van a provocar una disminución en la previsión señalada para este año.

"En efecto, la crisis macroeconómica que comenzó en abril en Argentina, la desaceleración del crecimiento en Brasil, el continuo deterioro de la situación económica y social en Venezuela, y un entorno externo que recientemente ha vuelto a empeorar han conspirado contra el escenario optimista de principios de este año e implicarán un crecimiento más bajo en la región (que actualmente se prevé en un 0,6% en el 2018). Esta disminución de la actividad económica se debe, principalmente, a que el crecimiento en Sudamérica se paralizará en el 2018 (el PIB se mantendrá prácticamente igual en comparación con un crecimiento muy modesto pero positivo del 0,5% en el 2017)", señala el informe del Banco Mundial, titulado "Sobre incertidumbres y cisnes negros".

Según el informe del Banco Mundial, los esfuerzos de Argentina para transformar su economía y lidiar con desbalances macroeconómicos y mitigar los costos sociales de la transición, tomaron un giro inesperado cuando, el 8 de mayo, el gobierno anuncio  que solicitaría al Fondo Monetario Internacional (FMI) un considerable apoyo financiero  para asegurar el pago de sus obligaciones  externas durante los próximos tres años.

El 7 de junio, el FMI anuncio que había llegado a un acuerdo Stand-By con las autoridades argentinas sobre un  programa de 36 meses por 50.000 millones de dólares. A pesar de este nivel de apoyo sin precedentes el mercado de divisas en Argentina  sigue atravesando un periodo de nerviosismo, un ejemplo claro es que el 30 de agosto el precio del dólar superó  los 40 pesos (frente a los 17,6 pesos de finales de abril) lo que obligó al banco central a aumentar la tasa de interés de política a niveles de 60% anual para defender la moneda.

Tal como se preveía, la intensificación del ajuste fiscal y los niveles de las tasas de interés necesarios para defender el peso ya están teniendo consecuencias negativas sobre la economía: se espera una contracción del 2,5% en el 2018 (en comparación con la proyección de un crecimiento de 2,7% en abril de 2018).

La situación en Argentina se volvió más compleja ya que el 29 de agosto el presidente Macri anuncio que su país negociaría el acuerdo con el FMI para un acelerar los desembolsos para garantizar los pagos externos del año 2019, incluso sin respaldo del mercado, a cambio de acelerar el ajuste fiscal acordado originalmente (y alcanzar un equilibro fiscal en el 2019).

Según el informe del Banco Mundial las autoridades argentinas renegociaron con el FMI, el monto de 57.100 millones de dólares (una suba de 7.100 millones de dólares) que se anunció el 20 de septiembre del 2018.

Como si esto fuera poco, la situación en Venezuela continúa agravándose con una crisis económica, financiera, y social sin precedentes en la historia contemporánea de la región. Se espera que el PIB de Venezuela se contraiga un 18,2% en el 2018, con una caída acumulada de más del 50% durante los últimos cinco años.

La inflación alcanzaría una tasa anual de 1.000.000% a finales del año, según la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas, más de 1,6 millones de personas han abandonado ese país desde el 2015, lo que está ejerciendo aún más presión sobre los recursos sociales y de vivienda en los países vecinos, sobre todo  en Colombia, que actualmente alberga un estimado de 935.000 migrantes venezolanos.

Aunque se espera que Brasil, que representa más de un tercio del PIB de la región, tenga mejores resultados que Argentina, las previsiones actuales de crecimiento se encuentran considerablemente  por debajo de las anteriores. A finales de junio el Banco Central redujo su estimación de crecimiento para el 2018 a un 1,6% (de un 2,6%) a raíz de una huelga nacional de camioneros.

La persistencia de elevados y aparentemente irresolubles déficits fiscales , la carencia de una reforma significativa del sistema de pensiones, y el creciente incertidumbre política con respecto a las elecciones de octubre pusieron en duda incluso tan modesta cifra de crecimiento, situando la previsión actual en 1,2% para el 2018.

En resumen se espera que el PIB en Sudamérica (SA) se estanque en el 2018 y aumente un 1,2% en el 2019. En vista de ello y puesto que SA representa más del 70% del producto de la región.

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