Un contemporáneo del emperador romano Nerón escribió un texto seminal del género de la sátira literaria, la tituló El satiricón, su autor, Cayo Petronio. nació el primer siglo de nuestra era. Tácito, en sus Anales, dice sobre él :” Era un cortesano voluptuoso, tan apto para el placer como para los negocios( … ) idolatrado por una corte corrompida, a la cual admiraba con su ingenio, su afabilidad y su esplendidez, fue durante largo tiempo el árbitro del buen gusto de la elegancia y el predilecto del emperador Nerón”
Este texto que fue llevado al cine por Federico Fellini, en el film se destapa, con imágenes deslumbrantes, la decadencia moral y la corrupción del imperio romano. Tigelino, el rapaz aventurero arribista que se acercó al poder, a través de sus intrigas, acabó por convencer a Nerón para desplazar a Petronio y tomar su lugar, que este era parte de la conspiración de Pisón. Caius Petronius Arbiter, en el año 66 d.n.e, se abrió las venas para evitar la crueldad del emperador.
La historia, a través de la literatura, nos enseña que las civilizaciones devenidas en imperio, cuando llegan a la cima de sus aspiraciones de poder absoluto, comienzan su inevitable caída, primero por la erosión moral, resistiendo y acudiendo a las artes más perversas del ser humano, para mantener el poder.
Donald Trump, encarna en el siglo XXI, el rol de Nerón. No avizora las consecuencias de sus acciones, razón por la cual, muchos de sus Petronios que ocultaron a sus amantes estrellas del porno apara protegerlo, se alejaron de él dando paso a los adulones como Tigelino. Evitó la sanción de su congreso y ahora, supuestamente fortalecido, inicia la cacería de los presidentes que no están en su corral. Su actitud abiertamente racista, ha influido en grupos neofascistas como sus nuevos aliados para reconfigurar el nuevo orden mundial, sobre todo, desplazando a la China a través de la guerra biológica. No tiene reparos para hacerlo, es un peligro porque ha puesto en escena el lado más oscuro de los monopolios económicos: la ambición y el egoísmo.
“Todo mal engendra otro males. Estos terrores y aprehensiones de la gente llevaron a cometer miles de debilidades, locuras y perversiones para las que necesitaban, no una sino varias clases de individuos malvados y pícaros que les alentasen, desde adivinos y bellacos, hasta astrólogos (…)”
Esto escribía Daniel de Foe en su libro El año de la Peste, texto que narra los acontecimientos del año 665, durante el reinado de Jacobo, cuando la peste asoló Londres y gran parte de Europa. Muchas de las medidas y sucesos de hoy día con el Corona virus no han cambiado, así por ejemplo el confinamiento o cuarentena de los infectados, el cierre de las casas, y lo que llamaban Disposiciones referentes a vagabundos y reuniones frívolas, reglamento que penalizaba la pobreza y no ofrecía ninguna protección a los más desvalidos, culpando a este sector como los principales vectores de las infecciones. La peste fue tan devastadora que las obras pictóricas de Pieter Beugel, exteriorizan la magnitud y el terror de la población que acababa de salir de la Guerra de los 30 años. En las obras se ven carromatos repletos de cadáveres que son conducidos para ser arrojados a una fosa común y luego quemarlos. Dice De Foe que el olor a carne chamuscaba, invadía Londres.
“La mañana del 16 de abril, el doctor Bernard Rieux, al salir de su habitación, tropezó con una rata muerta en medio de la escalera.(…)El número de los roedores recogidos iba creciendo(…). Al cuarto día, las ratas empezaron a salir para morir en grupos junto a los humanos (…) Así relata Albert Camus el principio de la crisis sanitaria en su novela La Peste. Esta narración pone en escena las pasiones humanas en sus momentos más vulnerables. Europa salía de la Segunda Guerra Mundial, sumida en la perplejidad.
Desde los primeros siglos, la historia nos devela nuestra fragilidad y pequeñez moral. El egoísmo y la ambición, parecen ser los mismos de antes, que nada hubiera cambiado. Estamos destruyendo la vida, único bien sagrado de la humanidad y nuestra pasividad, nos convierte en cómplices de los grupos de poder que atentan contra esta.
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