El contacto del pie con la superficie mejora la distribución del peso y el impacto, relaja, reduce el nivel de estrés, estimula la circulación sanguínea, fortalece los músculos y alivia la tensión. Corredores minimalistas, así se denominan las personas que dejan los zapatos de lado y prefieren el piso, adscribiéndose a la moda del libro “Born to Run” (nacidos para correr), volviendo a lo básico. Hay más ventajas que riesgos en esta nueva moda.
Cada vez son más los grupos que caminan y corren sin zapatos. El cantautor colombiano Camilo Andrés Echeverry es uno de ellos, quien en todas sus presentaciones aparece sin zapatos y ha motivado también a su hija Índigo.
El fisioterapeuta, Martín Choque Garnica, explica que al caminar descalzo el impacto o la fuerza se centra en la parte media del pie; en cambio, cuando se usan zapatillas, toda la fuerza se ejerce en los talones, y al apoyar los talones se manda una tensión a las rodillas y caderas, que termina afectando la zona lumbar de la espalda.
Otro beneficio de caminar descalzo, desde que aprendemos a hacerlo, es que se forma el arco de la planta, comenta Choque. También se fortalecen los músculos, estimulan las terminales nerviosas, mejora la circulación sanguínea, relaja, alivia la tensión muscular de las piernas y se genera un mejor desempeño deportivo.
El impacto del peso del cuerpo está más repartido y se reducen las sobrecargas en algunos puntos. Descalzarnos ayuda a sentir alivio en los pies, descansando de andar todo el día con zapatos.
“Debemos caminar descalzos al menos una hora al día, en una superficie suave y limpia, también podemos hacerlo en el pasto, arena o grava. Mientras estemos sentados, dejemos los pies sin zapatos, conectados con la tierra. En lo posible, dejar a los niños caminar sin calzados hasta curtir los pies”, recomienda el fisioterapeuta.
Sin embargo, hay otros factores que hay que tomar en cuenta a la hora de dejar los zapatos. Se produce un daño en la piel como ampollas, quemaduras, cortes, rozaduras, principalmente en las personas que no dejan el calzado ni para entrar al baño.
Por su lado, Tadeo Oliver Barrios, licenciado en actividad física y deporte, señala que caminar sin zapato fomenta el movimiento y amortiguación natural del cuerpo, y se reducen los riesgos de lesiones. Aunque, también se provocan heridas en las plantas de los pies si no se elige el lugar apropiado para hacerlo.
Según Oliver, al correr sin zapatos el cuerpo aprende a amortiguarse, controlar el impacto con el suelo, algo que no se logra con las zapatillas. El cambio no es inmediato, se requiere una reeducación del andar, haciendo que se cambie la técnica de amortiguar con el talón.
“Los entrenamientos de atletismo solemos hacerlo de esta manera, los jóvenes deben correr sin sus zapatillas para aprender a controlar el impacto y así reducir la probabilidad de lesiones. Se fortalecen los ligamentos y mejora la biomecánica natural del pie”, indicó entrenador deportista.
///