Los comerciantes de la Feria de Ramos que se celebra hasta este domingo 24 de marzo aseguran que el Censo de Población y Vivienda, que se efectuó el sábado 23 de marzo, ha cambiado los planes tanto de expositores como de los visitantes y, por lo tanto, reportan perjuicios. Algunos artesanos de Potosí decidieron no participar, ya que debían regresar el viernes y volver a viajar para estar presentes el domingo.
“Con esto del Censo ha disminuido porque muchas personas venían desde Potosí o de Cochabamba. Por ejemplo, este sector era lleno de potosinos, no vinieron porque tienen que hacerse censar. Nos cortaron de medio”, menciona Mario Apaza, quien vende abarcas.
“El Censo nos ha perjudicado, ha desanimado mucho, no han venido de lejos, por ejemplo de las provincias o departamentos, pensando que la feria se realizará pasando el Censo”, indica por su parte Rafa Acarapi, vendedora de zapatos.
Elsa Alarcón, vendedora de ramos, comenta que el Censo les afectó porque el sábado es precisamente cuando tiene más visitantes, especialmente en el sector donde se encuentra ella. “El sábado se quedan hasta más tarde, por eso tenemos incluso luminarias”, relata.
Oscar, de la provincia paceña Los Andes, se dedica a la venta de animales, y hasta el viernes, se aseguró de vender todas sus ovejas. Lamenta que la feria haya sido programada en medio del censo, pues asegura que el sábado es el día clave. “La venta ha caído bastante, siempre vendíamos el sábado y el domingo, pero como el Censo ha caído el sábado, algunos puestos están vacíos, no hay muchos compradores, por eso tratamos de vender rebajado”, indica Oscar.
El comerciante Luis Alfredo, que es de Cochabamba, comentó el pasado jueves que debe regresar a su departamento para ser censado, pero no planeaba regresar el domingo, por el tiempo de viaje y el gasto que supone en pasajes.
“El Censo nos ha perjudicado, porque el sábado es cuando más venta hay y justo ese día va a haber Censo y a nosotros nos obligan a estar en nuestras casas y por eso es un día perdido”, dijo.
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