El 2021 que se agota ha sido un buen año para el cine boliviano y entre los cineastas que se ha destacado se encuentra Kiro Russo, el director que ya ha cosechado 10 premios con “El Gran movimiento”, una película hecha en la ciudad de La Paz y que fue mucho más desafiante que “Viejo Calavera”, la ópera primera del director.
“Esta es una película sobre La Paz que no está pensando en la ciudad ni como ‘Yawar Mallku’ (1969) ni como ‘Chuquiago’ (1977) mucho menos como Valdivia en ‘Zona Sur’ (2009). Más bien es una película que intenta dialogar mucho más con Jaime Saenz y con Arturo Borda, pero desde un lugar poético acerca de la representación de la ciudad. Y a la vez, es un diálogo con el cine clásico, más específicamente con las sinfonías de las ciudades. Siempre me ha llamado la atención la topografía de la ciudad de La Paz y por eso he empezado a investigar en sus huellas. También me ha parecido muy importante la ciudad como el espacio que genera las historias de la vida de cada uno de sus habitantes”, explica el director Russo.
“El Gran Movimiento” fue estrenado en septiembre pasado en un festival del cine en Italia y desde entonces Kiro Russo ha tenido muchos motivos para celebrar y sonreir. La cinta se llevó el premio Alexandar Petković, otorgado por el jurado de la Asociación Serbia de Artistas Cinematográficos, a la mejor dirección de fotografía para Pablo Paniagua; y el de mejor dirección para Ruso. El autor de “Viejo Calavera” se lleva su segundo galardón después del obtenido en Bosphorus Film Festival de Turquia.
Los otros premios que ha conseguido “El Gran Movimiento” en Europa son el Premio Especial del Jurado en la sección Horizontes; el Fondazione Fai Persona Lavoro Ambiente a la mejor película con temática de trabajo y medio ambiente; premio especial del jurado en el Festival Villa Medicise la Academia de Francia en Roma (Italia); el de mejor película en la 11ava edición de Márgenes en el Festival de Cine Independiente de Madrid y otros dos obtenidos en Entreveus de Belfort, Francia.
“El gran movimiento” es una película que fue filmada en parte durante la crisis postelectoral de 2019.
Ganador del Premio Especial del Jurado de la sección Horizontes, el filme ha marcado un hito en la carrera de Russo al llevar a la Mostra de Venecia una producción boliviana después de casi tres décadas. Pero
Russo logró este cúmulo de reconocimientos con nada menos que una sinfonía urbana —un género casi tan antiguo como el propio arte cinematográfico—, en la que ofrece una versión de La Paz que bucea en el imaginario literario legado por Saenz y Borda, busca sus formas en el cine de Ruttman y Vértov y dialoga con la crisis política posterior a las elecciones de 2019, durante la que se filmó, reseña una nota del diario Opinión
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