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José Miguel Inzulza, exsecretario general de la OEA

La Paz, 29 de junio (Urgentebo).- El exagente chileno ante la Haya, José Miguel Insulza, en una columna de opinión escrita para el periódico El Mercurio, señaló que el caso de los 9 bolivianos detenidos no puede ser visto como un “hecho aislado”, sino que es una muestra del deterioro de las relaciones entre Bolivia y Chile.

“Sería un error mirar lo ocurrido como un simple incidente fronterizo o un hecho aislado. Al contrario, nos dice mucho acerca del deterioro de las relaciones entre Chile y Bolivia, provocado por el gobierno de La Paz; y nos hace temer que sucesos como este puedan repetirse, como parte de una ofensiva cuyo objetivo estratégico es contrario a nuestro interés nacional”, señala.

Para el exagente chileno, la campaña internacional que desarrolló el país para lograr la liberación de los 9 es una “nueva provocación” en el marco de la estrategia boliviana en el tema de la Demanda Marítima.

“Este asunto medular es objeto hoy de una estrategia múltiple de Bolivia, que incluye la demanda ante la Corte Internacional de Justicia; la reapertura del asunto del río Silala; el intento de reabrir el tema del río Lauca; la constante agresión verbal del propio Evo Morales, su vicepresidente y sus ministros; los continuos ataques al Tratado de 1904, alegando supuestos incumplimientos; las demoras en resolver temas tarifarios que afectan al puerto de Arica, y frecuentes acciones en la frontera que intentan cuestionar, de hecho, el pleno ejercicio de nuestra soberanía. Es lógico entonces que los chilenos no hayan visto el caso reciente de traspaso ilegal de la frontera como un malentendido, sino como una nueva provocación en el marco de esa estrategia”.

Para Insulza, sería un error de parte del Gobierno chileno el “escalar el asunto haciéndole el juego a Evo Morales”.

“Tenemos con Bolivia una frontera común, un comercio continuo, un creciente tránsito terrestre, una gran cantidad de ciudadanos de cada país que viven en el otro, un número creciente de estudiantes bolivianos que estudian en Chile; en suma, una vecindad permanente que es parte de la vida cotidiana de muchos chilenos y bolivianos. Proteger la paz entre nuestras naciones es un deber ineludible y no lo hacemos exacerbando nosotros el conflicto, ni en la retórica ni en la política”, señala.

El político chileno agrega que “cuando una nación vecina persigue un objetivo radicalmente incompatible con nuestro interés nacional y existen, al mismo tiempo, tantos lazos que nos unen, debemos ejercer hacia Bolivia una política paciente y firme de contención”.

 Esto significa, aclara, “negar sistemática y pacíficamente el logro de sus propósitos e impedir que se cuestione el ejercicio de nuestra soberanía, mientras mantenemos nuestra disposición a dialogar sobre temas de la relación vecinal (salvo aquellos que están ya en una Corte) en condiciones de respeto e igualdad. Ese es el sentido de lo que hemos hecho en este caso, con firmeza y prudencia”.

Insulza finaliza advirtiendo que este caso puede durar mucho más tiempo del que Chile quisiera. “Dependerá de cuándo el Presidente de Bolivia entienda que provocando a Chile no obtendrá resultados y, en cambio, seguirá dañando nuestras relaciones y el bienestar de su pueblo”.

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