Kapira es una marca de vinagre de manzana ecológico (desde el cultivo hasta el procesamiento final de la fruta). Este emprendimiento empezó en el municipio de Alcalá, Chuquisaca, durante la pandemia. Ahora comercializa su producto a nivel nacional y fue elegido entre los 15 finalistas del concurso Emprende Ideas, de la fundación Samuel Doria Medina Arana.

La pandemia destrozó la estabilidad económica de la familia de Claudia Prudencio. Sin una fuente de trabajo, decidieron refugiarse en Alcalá, en la huerta de los abuelos, donde sabían que no les faltaría comida, porque la tierra es noble y en ella crecen las plantas y los frutos.

Viviendo en Alcalá, pensaron en llevar manzanas a la ciudad para comercializarlas, pero la cuarentena impedía cualquier traslado por el cierre del camino. Desesperados, pues la fruta se podriría inminentemente, decidieron seguir una receta casera de su primo, que usualmente elaboraba vinagre para consumo local. De esta manera, empezaron a producir vinagre orgánico de manzana.

Claudia y su familia se quedaron en Alcalá durante un año. El vinagre requiere nueve meses de procesamiento para convertirse en un producto de primera calidad. Una vez que estuvo listo, y las restricciones pandémicas habían disminuido, lo transportaron hasta Cochabamba, donde residían habitualmente.

Llevaron a Cochabamba 600 litros de vinagre, que embotellaron cuidadosamente y empezaron a ofrecer a conocidos y amigos. Sin embargo, se dieron cuenta que sabían muy poco sobre cómo vender el producto a gran escala.

Fue entonces que Claudia se presentó a una convocatoria para emprendedores interesados en capacitarse, en la que aprendió marketing junto a uno de sus hijos. Esto cambió totalmente la situación. Ahora ella distribuye su producto en diferentes ciudades de Bolivia.

div class="media media-element-container media-default">