Marzo 28, 2024 [G]:

La ruta del referendo constitucional para la Reforma Judicial


Domingo 20 de Junio de 2021, 10:30am






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La  reforma  judicial  por  la  vía  de  un  Referendo  ciudadano  expresa  el  profundo contenido   de  la  democracia  directa,  donde  la  adopción  de  decisiones  desde  la sociedad tiene efecto inmediato en la estructura del Estado.

Estamos   planteando   que   parte   del   andamiaje   judicial   establecido   en   la  Constitución   sea   modificado   de   acuerdo   a   las   previsiones   de   la   misma  Constitución.  Como  decíamos,  se  trata  de  cambiar  la  modalidad  de  elección  de Jueces  Supremos para garantizar idoneidad e independencia; de incorporar en la Constitución una partida  presupuestaria obligatoria para atender con eficiencia el servicio  judicial,  y  se  trata  de   establecer  la  justicia  de  Paz  para  resolver  los conflictos sin jueces ni abogados.

En  suma,  se  trata  de  lo  que  el  propio  texto  constitucional  denomina  como Reforma   Parcial,  qué  tiene  sus  condiciones,  límites  y  requisitos  que  definen  su camino. Veamos lo esencial de ese camino, de acuerdo a los Arts. 11-II-1 y 411 de la CPE y los Arts. 12 al 23 de la  Ley 026 de “Régimen Electoral”:

1.     Para  ser  “parcial”,  la  Reforma  no  debe  afectar  las  bases  constitucionales  fundamentales,    los    derechos    deberes    y    garantías    ni    la    primacía    de    la  Constitución,   de   hacerlo   estaríamos   ante   una   Reforma   total   que   amerita Asamblea Constituyente. Ese  límite  está  referido,  expresamente,  a  la  “Primera`”  y  “Quinta”  parte  de  la Constitución que están fuera del alcance del Referendo ciudadano que alentamos.

2.     Hay un segundo límite legal, y es aquel que excluye de consultas ciudadanas vía  Referendo,   la  unidad  e  integridad  del  estado,  los  impuestos,  la  seguridad interna  y  externa,  las   leyes  orgánicas,  la  sede  de  los  órganos  públicos  y  las competencias estatales.

3.     Esos límites constitucionales y legales los vigila y resguarda tanto el Tribunal Supremo  Electoral (TSE) cuanto el Tribunal Constitucional (TCP), que aprueban la  “propuesta”  de  manera   previa  a  la  consulta  y  antes  de  que  se  recaben  las adhesiones y firmas de la gente.

4.     Lo  anterior  está  señalando,  claramente,  que  el  primer  paso  en  la  Reforma está  en   la  “propuesta”,  en  la  formulación  específica  de  las  preguntas  que  son sometidas al voto  y que buscan la modificación parcial de la Constitución.

Sólo   después   de   la   revisión   de   la   legalidad   y   la   constitucionalidad   de   las  preguntas,  el  TSE  extiende  y  entrega  a  los  promotores  de  la  Reforma  los  libros para   recabar  las  adhesiones  mediante  firmas  que  deben  alcanzar  el  20%  del Padrón   Electoral    distribuido,   al   menos,   en   un   15%   en   cada   uno   de   los departamentos.

5.     Recabada  la  suficiente  adhesión  ciudadana  a  la  propuesta,  expresada  en 1`466.000  firmas cuya autenticidad verifica el TSE, éste las remite a la Asamblea Legislativa  que,   obligatoriamente,  debe  sancionar  una  ley  de  convocatoria  a Referendo 90 días antes de la votación. Digo “obligatoria” porque si la Asamblea no   lo   hace,   en   un   plazo   de   30   días   de   haber   recepcionado   los   libros,   la convocatoria a Referendo la efectúa directamente el Tribunal Supremo Electoral.

Finalmente, el Referendo será válido si concurren a las urnas el 50% más 1 de los electores  inscritos en el padrón, y siempre que los votos válidos sean mayores que la  sumatoria  de  los   votos  blancos  y  nulos.  Esa  votación  válida  tendrá  vigencia inmediata, obligatoria y  vinculante. Lo  dicho,  que  es  una  descripción  suscinta  de  las  normas  constitucionales  y legales, da  cuenta de la ruta del Referendo y, sobre todo, de sus grandes desafíos y sus no pocas dificultades,  a saber:

1.     La “propuesta” de Reforma que en su caso deberá responder el ciudadano en las  urnas  con   un  SI  o  NO,  es  esencial.  Deberá  ser  muy  clara,  precisa,  de  fácil comprensión y de  profundo contenido institucional para el efecto de modificar el texto constitucional.

2.     Esa  “propuesta”,  no  puede  ser  discrecional,  debe  respetar  los  límites  y  exclusiones  normativas  porque  será  objeto  de  revisión  y  autorización  por  la propia    estructura   estatal,   por   el   Tribunal   Supremo   Electoral   y   el   Tribunal  Constitucional cuya confiabilidad ahora es discutible.

3.     La recolección de firmas, la adhesión ciudadana previa, es la llave inicial de ese    riguroso   candado.   La   “propuesta”   debe   gatillar   una   gran   movilización democrática  que, partiendo del debate, debe pasar por el convencimiento activo y culminar en las urnas con el  50% + 1 de concurrencia ciudadana.

4.     Se  trata  por  todo  ello  de  promover,  desde  la  sociedad,  una  gran  cruzada nacional   por  la  justicia,  con  la  convicción,  no  sólo  que  ya  no  podemos  esperar nada al respecto  ni del gobierno y del estado, sino que, sin reforma judicial, sin una  correcta  administración  de   justicia,  no  tiene  destino  cierto  la  convivencia democrática  ni  la  solución  de  los   impostergables  problemas  y  reivindicaciones que hoy como ayer generan desazón e incertidumbre sobre la suerte del país.

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