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Foto: REUTERS

14 de junio (Urgente.bo).- La mayoría de los días laborables desde que estalló el coronavirus en Bolivia, Luis Fernando Ortiz, educado en Harvard, deja su trabajo administrando el mayor agente de transporte de carga del país y se pone un traje de materiales peligrosos para ir en busca de un cuerpo.

Ortiz, de 37 años, es miembro de las "Brigadas Adiós", equipos de voluntarios que han surgido en todo el país empobrecido para recoger cuerpos de personas que han muerto por coronavirus pero cuyas familias son demasiado pobres para pagar sus entierros.

Las brigadas, llamadas "Avei" que significan adiós en un idioma indígena local, coordinan las colecciones de cadáveres con familiares y la policía, y los transportan al cementerio más cercano.

También han diseñado ataúdes rudimentarios hechos de cartón blanco, con una cruz de cartón adjunta pegada en la parte superior, para donar a familias pobres y municipios abrumados.

En los sitios de entierro, las excavadoras trabajan horas extras para satisfacer la demanda de nuevas tumbas. En la ciudad de Ortiz, Santa Cruz, un tramo verde de césped bordeado de palmeras donde los familiares se congregaban después de los funerales ha sido excavado para dar paso a una fosa común, en la que los equipos se deslizan cuerpo tras cuerpo.

"Solo esta semana hemos recogido 13 cadáveres y las autoridades dicen que habrá más infecciones y que habrá más muertes en las próximas semanas", dijo Ortiz a Reuters mientras los trabajadores de la morgue arrojan una de una serie de bolsas para cadáveres descargadas de una camioneta roja en el recien -Dog hoyo.

Bolivia tenía el jueves 14,644 casos confirmados de coronavirus hasta el momento y 487 muertes, pero como uno de los países donde se realiza la menor cantidad de pruebas, los expertos médicos dicen que el número real de personas infectadas podría ser muchas veces mayor.

Las brigadas fueron concebidas por beneficiarios de una organización benéfica que otorgaba subsidios a jóvenes bolivianos para ayudarlos a estudiar en universidades de los Estados Unidos o Europa, muchos de los cuales ahora son altos ejecutivos como Ortiz.

Sus fundadores estaban decididos a evitar en Bolivia lo que les sucedió a las víctimas de COVID-19 en la ciudad más grande de Ecuador, Guayaquil, donde a veces los cuerpos se dejaban en la calle o en las casas de los familiares después de que las tasas de mortalidad aumentaran y las autoridades no podían trabajar lo suficientemente rápido.

Ortiz dijo que todos tenían el deber de ayudar a disminuir el dolor del brote de coronavirus. "Todos estamos siendo afectados", dijo. "Tengo familiares en cuidados intensivos. Estamos tratando de encontrar un ventilador para el abuelo de mi esposa para salvar su vida. Todo se ha derrumbado". (U.S. News and World Report)