25 de septiembre (Soledad Mena, Urgente.bo).- "Don Reynaldo me pedía que no lo deje morir, porque tenía dos hijas a las que estaba buscando y me hizo prometerle que las íbamos a encontrar. Tuve que mentirle, para salvarle la vida. Entró en paro y tuve que poner en práctica toda mi capacidad para salvarle la vida”, recordó Sara Cárdenas (bombera voluntaria) del deslizamiento de gran magnitud que se dio en la carretera hacia Caranavi, en febrero de este año.
“Había tanta gente afectada que tenías que evacuarla. Lo que me importaba era salvar sus vidas. Aún poniendo en riesgo tu vida, tienes que mostrar toda tu capacidad”, remarcó.
Sara tiene 40 años y dos hijos. Tras haberse separado de su esposo, hace ocho años, decidió formar parte del grupo de bomberos Antofagasta como voluntaria.
“Siempre quise ser policía. El 2008, me separé de mi esposo y me dí cuenta que no había hecho nada y no tenía actividad alguna y empecé a estudiar y reencaminar mi vida”, apuntó.
Lleva ocho años trabajando en el grupo de bomberos voluntarios. Durante ese tiempo, no obtuvo ningún centavo como remuneración de su servicio, menos seguro de salud ni de vida. “En realidad, somos nosotros que estamos rogando por ir”, sonríe.
“Algunos oficiales piensan que estás yendo a competir con ellos. No es nuestra posición, piensan que les queremos quitar cámaras, protagonismo, no es así. Es algo que me gusta, es difícil de explicar por más que te digan es riesgoso, es algo que te nace. Es difícil de explicar”, dijo.
En la Unidad de Bomberos, hay tres especialidades en las que te capacitas que uno puede escoger: prehospitalario, incendios y rescate vertical (VERSA). Sara eligió especializarse en la tarea prehospitalaria, para salvar las vidas en el lugar de los hechos de desastre.
Hace un mes, se quedó sin trabajo. Ese tiempo lo ocupó salvando vidas en la Chiquitania. Se fue a Taperas, Roboré, San Lorenzo y otros municipios de la Chiquitania donde estuvo 20 días.
Día y noche, se encargaba de valorar el estado de salud de los soldados, voluntario bomberos y de las demás personas que trabajaban sofocando el incendio. “No es nada sencillo. Salíamos a las cinco de la mañana, íbamos dos horas en micro y otras dos horas caminando para llegar al lugar del incendio”, contó.
El medio ambiente no era nada favorable con las personas que habían llegado al sector. El calor llegaba a los 44 grados centígrados. “Estábamos en nuestro propio jugo como todo collita en Roboré, San Lorenzo, Santa Rosa. Había ganas de controlar el fuego, pero el calor era tremendo. Además, los mosquitos te picaban, recuerdo que se inflamaron mis pies, ya no me entraban las botas. Me ardían las picaduras. Los sargentos, subtenientes, soldados se descompensaban por el calor, el humo, más la máscara que uno lleva puesto, se llegaban a sofocar. Llegaban a una taquicardia de 130 a 140 pulsaciones por minuto, podrían haber sufrido un infarto”, recordó.
Como paramédico, Sara se encargaba de mantener con vida a todos los que trabajaban en sofocar el incendio.
Se dio cuenta que ella estaba en riesgo por el peligro, por lo que vio la necesidad de solicitar un seguro de vida para los bomberos voluntarios, tomando en cuenta los últimos hechos suscitados en la Chiquitania y en los Yungas, donde murieron cuatro bomberos voluntarios.
“Nadie dice nada, da miedo proponer, son muy susceptibles. No puedes decir nada sin autorización. Es importante el seguro de vida, no estamos lejos de que nos pase algo es mejor prevenir que lamentar”, apuntó.
“Estaba revisando el reglamento de los bomberos, donde dice que debemos contar con un seguro de vida y sería bueno tenerlo”, remarcó.
Una misión con carencias
En la ciudad de La Paz, en Bomberos Antofagasta hay de 20 a 40 bomberos voluntarios, 20 de ellos son antiguos y otros 20 se encuentran en etapa de formación. En la ciudad de El Alto, hay 10 voluntarios que están en etapa de formación de rescate de personas heridas y de respuesta a emergencias y desastres. Algunos de ellos se encuentran más de 20 años brindando servicio sin remuneración económica alguna ni mucho menos seguro de vida ni salud.
“El seguro de vida es muy importante cuando vamos a cumplir una misión de salvar vidas. (Los bomberos voluntarios) ponen en riesgo su vida, es necesario”, dijo Hernán Lohse, Comandante Bomberos El Alto.
Los bomberos de la policía cuentan con un seguro de vida y salud, pero no así las personas que se enlistan y se capacitan de manera voluntaria en la unidad.
El incendio en la Chiquitania no es el primero que atienden los bomberos profesionales de la policía y los bomberos voluntarios, han participado en varios incendios de magnitud, como en Sama (Tarija) que hace tres años fue la más fuerte; incendios en Villatunari (Cochabamba) En Chulumani los Yungas del departamento de La Paz, también se dan incendios forestales en la zona Sur. Los bomberos se enfrentan a estos desastres forestales sin los equipos adecuados para este tipo de emergencia, pero los que llevan sirven protegerse.
El equipo debería ser más liviano (la chaqueta y el pantalón). El equipo envió la solicitud correspondiente a las autoridades.
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