19 de agosto (Urgente.bo).- Laura Gumucio Jaimes no pudo aguantar la emoción cuando recibió un reconocimiento de parte de la Cámara de Diputados por un trabajo destacado y dedicado dentro de la Cruz Roja Boliviana, equipo del que fue parte 50 años de su vida. Ella es una de las pocas voluntarias bolivianas que prácticamente entregó a su vida por el amor al prójimo.
Sonriente junto a su hija Gina Reque, Gumucio indica que tiene casi 90 años. Su trabajo como voluntaria inició en 1964 aproximadamente a sus 30 años y en ese entonces era la más joven de la Cruz Roja en La Paz.
“Yo soy enfermera de profesión, pero siempre me ha gustado atender como se debe, sin importar que sea negra, amarilla, de un partido u otro; en la Cruz Roja somos neutrales para todos”, dice Gumucio a Urgente.bo.
Los 50 años de trabajar en la Cruz Roja le valieron bastantes experiencias, algunas de alegría y otras de tristeza. Relata que por su dedicación llegó a ser presidenta de la Cruz Roja de La Paz en dos oportunidades y en una en Cochabamba.
Los rescates
Gumucio no dudó en ayudar junto a sus compañeros en hechos trágicos donde no solo se rifó su seguridad, sino también la vida. Brindó ayuda en inundaciones de Cochabamba, el terremoto en Aiquile, el derrumbe en Cotahuma, La Paz y otros desastres.
Su dedicación la empujó no solamente a ayudar en el momento del desastre, sino después, puesto que organizó grupos de rescate durante las riadas en Cochabamba.
Además salvó a alpinistas que estaban perdidos en el Illimani, entre ellos un alemán.
Gumucio recuerda que un momento emotivo como voluntaria fue en 1964, su primer año, cuando tuvo que pedir ayuda para el trabajo de rescate a estudiantes de medicina del último año y a próximos bachilleres de la escuela Adela Zamudio.
“He trabajado por amor al prójimo que es lo principal (…) toda mi familia siempre me ha apoyado, ellas no me dicen nada porque saben que estaba yendo a una institución que para mí se me ha convertido en mi segundo hogar”, asevera Gumucio.
Como madre y voluntaria
Gina Reque, su hija, relata que su madre es excelente, la mejor del mundo; destaca que pese a ser voluntaria de la Cruz Roja, siempre estuvo con ellas y las cuidó. Inclusive, ahora que sus hijos son profesionales e hicieron su vida, Gumucio se preocupa por ellos como cuando eran pequeños.
Como voluntaria, Gumucio demostró una gran entrega. “Nosotros le decíamos que ya no tenía que ir, pero ella seguía yendo porque tenía que estar como voluntaria dando el ejemplo y trabajando por las personas en los desastres naturales”, dice Reque.
La familia tiene vínculos con la Cruz Roja, sus hijos y nietos también participaron como voluntarios, pero ninguno fue más constante que Gumucio.