Las mascotas son seres vivos capaces de sentir emociones básicas, intensas y diversas como la ira, la alegría, el temor y también la depresión. La diferencia con un ser humano es que éste puede controlar y gestionar, en los animales es instinto.
La depresión en los perros se puede manifestar de distinta manera, indicó el veterinario Edgar Vila; aunque parezca razonable verlos apagados, apáticos, sin ganas de alimentarse, es mucho más frecuente una reacción de agresividad y destrucción. “Cuando un perro está deprimido o estresado comienza a destruir todo lo que se encuentra en la casa y puede ser agresivo como instinto de defensa, incluso con sus propios dueños”, manifestó Vila.
Así como es relevante estar al día con sus vacunas, darles paseos y procurarles una buena alimentación, también es importante estar pendientes de su estado de ánimo, sobre todo si la mascota vive en lugares cerrados, con poco espacio o vive cambios bruscos de rutina.
Algunos ejemplos claros de esta emoción canina son el ataque sin razón, los agujeros en el jardín, plantas destruidas, muebles mordidos . Las causas pueden ser: estar mucho tiempo solos, los castigos, traumas, cambio de casa, llegada de un niño al hogar, adoptar otro perro después de mucho tiempo, matrimonio (una persona nueva en casa).
Pero no solo se expresan con ira o descontrol, puede ser el otro extremo como falta de apetito, aislamiento, llanto, actitudes o episodios repetitivos como caminar de un lado a otro , ausencia de ganas de jugar, poco interés de socializar o interactuar, incontinencia. urinario.
“Es muy importante observar de cerca la evolución del animal, no ignorar dichos comportamientos que no son habituales y acudir al veterinario en caso de que no cese ”, sostuvo el veterinario, quien asegura que en la carrera veterinaria ya existe la especialización en psicología y comportamiento, y es más fácil la terapia, ya que el suministro de fármacos debe ser la última opción.
La falta de momentos de calidad o de atención puede hacer que aparezcan momentos de tristeza o depresión . Según Vila, por lo menos 15 minutos al día hay que interactuar con la mascota, ya sea llevándolo a pasear, jugar o con caricias.
“Así como es relevante estar al día con sus vacunas, darles paseos y procurarles una buena alimentación, lo es estar pendientes de su estado de ánimo, ya que la depresión es un padecimiento común en perros, sobre todo después de algún cambio brusco en su rutina, y pone en riesgo a la familia cuando el comportamiento es agresivo o destructor”, concluyó.
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