Diciembre 17, 2024 -H-

El oso de agua sobrevivirá al Apocalipsis, hasta que el sol muera

Los tardígrados son la forma de vida más dura y resistente del planeta, capaces de sobrevivir hasta 30 años sin alimento ni agua, y soportar temperaturas extremas de hasta 150ºC, el mar profundo e incluso el vacío helado del espacio. Este organismo habita en el agua puede vivir hasta 60 años, y crecer hasta un tamaño máximo de 0,5 mm.


Viernes 14 de Julio de 2017, 2:15pm






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Madrid, 14 de julio (ABC.es).- La especie más resistente del mundo, el microscópico tardígrado, un animal microscópico de ocho patas, también conocido como oso de agua por su curioso aspecto, sobrevivirá hasta que el Sol muera, según un nuevo estudio de las universidad de Oxford y Harvard publicado en la revista Scientific Reports.

Los investigadores han demostrado que estas diminutas criaturas sobrevivirán al riesgo de extinción de todas las catástrofes astrofísicas y estarán aquí por lo menos 10.000 millones de años, mucho más que la especie humana. Su desaparición supondrá el fin de la vida en la Tierra.

Los tardígrados son la forma de vida más dura y resistente del planeta, capaces de sobrevivir hasta 30 años sin alimento ni agua, y soportar temperaturas extremas de hasta 150ºC, el mar profundo e incluso el vacío helado del espacio. Este organismo que habita en el agua puede vivir hasta 60 años, y crecer hasta un tamaño máximo de 0,5 mm, por lo que hay que verlo bajo un microscopio.

Los investigadores han descubierto que estas formas de vida probablemente sobrevivirán a todas las calamidades astrofísicas, como el impacto de un asteroide, una supernova o los rayos gamma, ya que nunca serán lo suficientemente fuertes como para hervir los océanos del mundo.

Asteroides

Hay sólo una docena de asteroides conocidos y planetas enanos con suficiente masa como para hervir los océanos (2x10 ^ 18 kg), estos incluyen Vesta (2x10 ^ 20 kg) y Plutón (10 ^ 22 kg). Sin embargo, ninguno de estos objetos cruzará la órbita de la Tierra y no representan una amenaza para los tardígrados.

Supernovas

Para hervir los océanos, una estrella en explosión tendría que estar a 0,14 años luz de distancia. La estrella más cercana al Sol está a cuatro años luz de distancia y la probabilidad de que una estrella masiva explote lo suficientemente cerca de la Tierra para matar todas las formas de vida en ella, dentro de la vida del Sol, es insignificante.

Rayos gamma

Las ráfagas de rayos gamma son más brillantes y más raras que las supernovas. Al igual que las supernovas, las explosiones de rayos gamma están demasiado lejos de la Tierra como para ser consideradas una amenaza viable. Para poder hervir los océanos del mundo la ráfaga tendría que estar a no más de 40 años luz de distancia, y la probabilidad de un estallido que ocurra tan cerca es, de nuevo, menor.

“Sin nuestra tecnología para protegernos, los seres humanos somos una especie muy sensible. Los cambios sutiles en el ambiente nos impactan de forma muy fuerte. Hay especies mucho más resilientes en la Tierra. La vida en este planeta puede continuar mucho después de que los seres humanos se hayan ido”, dice Rafael Alves Batista, coautor del estudio e investigador en el Departamento de Física de Oxford.

“Los tardígrados están cerca de ser indestructibles, pero es posible que haya otros ejemplos de especies resilientes en otras partes del Universo. Quién sabe qué más hay por ahí”, comenta.

David Sloan, también del Departamento de Física de la Universidad de Oxford, se manifiesta de manera similar. “Como ahora estamos entrando en una etapa de la astronomía donde hemos visto exoplanetas y esperamos pronto buscar allí firmas de vida, debemos tratar de ver lo frágil que es la vida más dura que conocemos. Para nuestra sorpresa descubrimos que aunque las supernovas cercanas o los grandes impactos de asteroides serían catastróficos para las personas, los tardígrados podrían no ser afectados. Por lo tanto, parece que la vida, una vez que se pone en marcha, es difícil de borrar por completo”, apunta el científico.

Vida extraterrestre

Al resaltar la resiliencia de la vida en general, la investigación amplía el alcance de la vida más allá de la Tierra, dentro y fuera de este sistema solar. Como expresa Abraham Loeb, coautor y presidente del departamento de Astronomía en Harvard, “es difícil eliminar todas las formas de vida de un planeta habitable. La historia de Marte indica que una vez tuvo una atmósfera que podría haber soportado la vida, aunque bajo condiciones extremas. Los organismos con tolerancias similares a la radiación y la temperatura a los tardígrados podrían sobrevivir a largo plazo por debajo de la superficie en estas condiciones. Los océanos subterráneos que se cree existen en (las lunas) Europa y Encelado, tendrían condiciones similares a los océanos profundos de la Tierra donde se encuentran los tardígrados, salidas volcánicas que proporcionan calor en un ambiente desprovisto de luz”.

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