El Alto, 31 de agosto (Soledad Mena, Urgentebo.com).- Mientras en gran parte del mundo la conciencia ambientalista crece, mientras en la misma Bolivia se desarrollan campañas de forestación, El Alto es una ciudad que va contra la corriente, en sus larguísimas avenidas o en las polvorientas calles, existen muy pocos árboles. El Alto es el reino del cemento, pavimento, ladrillo, porque para los vecinos, el árbol es un problema. Dicen que raja la pared, que daña la acera y que hasta beneficia a los ladrones que pretenden ingresar a una casa
En las jornadas de planificación participativa, los vecinos dan prioridad al cemento y demandan adoquines para las calles. Piden la reducción de áreas verdes y no piden árboles.
En invierno y otoño las escasas plantas que existen se secan por falta de agua. Otro problema, en la Ceja de El Alto, las gremiales invaden los espacios verdes. “Recuerdo que en el reloj de la Ceja teníamos bastante espacio verde, pero los gremiales se asentaron, es un problema social ”, declaró Hugo Mancachi, jefe de la Unidad de Forestación de la Alcaldía de El Alto.
La Unidad de Forestación de la Alcaldía de El Alto admite que hay un problema en la mentalidad de los alteños. Por ello realiza talleres de concientización para cambiar el concepto que tienen los vecinos sobre los árboles, pero el problema pasa por las educación y la costumbre.
Apuntó que la política es plantar arbolitos que no representen un problema, que pueda mejorar el ornato público y la calidad de vida de la población.
Según Jorge Arando, de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema), en la ciudad de El Alto hay desconocimiento de las personas mayores sobre los beneficios que trae un árbol y los espacios verdes. “Deberían trabajar en programas desde las escuelas, el árbol sería parte de la vida del ser humano”.
El secretario de Medio Ambiente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto, Luis Huanca, dijo que la mentalidad de los vecinos va cambiando, este año se pidió al Ministerio de Medio Ambiente impulse programas de forestación, pero no afecte a los vecinos ni que dañen el cemento. Esperan firmar un acuerdo para plantar más de 50 mil arbolitos y hacer talleres.
“Poco a poco se está tomando conciencia, el árbol es una necesidad. Estamos pidiendo que se vaya priorizando plantas que no arruinen aceras y que sean fáciles de podar”, apuntó.
Desde el 2015, la Unidad de Forestación plantó un total de 41 mil arbolitos en un total de siete hectáreas. Los plantaron en las jardineras centrales, manchas boscosas, como Alpacoma donde se ocupó un total de seis hectáreas, y en los bordes de los ríos Seque y Hernani.
El asunto es un tema menor no solo para los vecinos, sino también para el gobierno municipal. Hugo Mancachi dicen que tiene poco personal para mantener los espacios verdes, a ello se suma el clima frío que afecta a las jardineras y los árboles.
“El mantenimiento es la parte débil de la unidad, para mantener las jardineras centrales de las avenidas estratégicas, se necesita alrededor de 100 personas”, explicó. La unidad cuenta solo con cuatro personas que se ocupan de podar los arboles en toda la ciudad de El Alto. Tienen aproximadamente 30 personas encargadas de hacer el mantenimiento de las jardineras, los arboles y los viveros.
Beneficios de los espacios verdes
Los espacios verdes y la forestación son muy importantes en las ciudades, primero embellecen la imagen de la ciudad, los árboles limpian la polución, son seres vivos que ayudan a disminuir el dióxido de carbono (CO2) que generan las movilidades. Ayuda a generar mayor cantidad de oxígeno. Son los pulmones de la tierra.
En el ciclo hidrológico, el árbol es fundamental, es parte del ciclo natural de las lluvias, cuantos más árboles haya más lluvias y humedad habrá.
La Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) considera que cuando hay alguna ornamentación, la gente, por falta de costumbre, lamentablemente, destroza en vez de coadyuvar estas iniciativas, es parte de la misma cultura de la gente.
“He recorrido gran parte del territorio del país, por ejemplo en los valles, la gente cuida los arbolitos, porque no solo es parte de un aspecto cultural, sino que beneficia al clima, trae más lluvia. En cambio en el altiplano al desconocer esta práctica, no siembran árboles”, dijo Jorge Arando de Lidema.
Hay especies que se adaptan, como el pino, kiswara y el álamo, que soportan temperaturas extremas.
Un criterio erróneo
La idea de que en un clima altiplánico no da o no sirve para los arboles es errada, claro, hay excepciones, como en Oruro, “ahí por ejemplo están aprendiendo a protegerlos”.
Para el experto en medio ambiente, Donovan Osorio, el alteño debe cambiar la lógica que tiene de las plantas. Existe una falta de voluntad política en forestaciones con el uso de especies adecuadas nativas de acuerdo al contexto de la ciudad.