La Paz, 23 de octubre (Urgentebo).- Jhon Mayta, asesino y violador de la menor Elida R., fue enviado a Chonchocoro el fin de semana por los delitos de feminicidio y vejación de infante. Mayta llevó a la menor con engaños a su casa ubicada en la ciudad de El Alto .
El informe policíal señala que Mayta esperó a Elida y con engaños la llevó hasta su casa donde la obligó a consumir bebidas alcohólicas para luego abusar de ella y finalmente estrangularla con un cinturón.
“Con engaños la llevó a donde hay juegos (tilines) y posteriormente la trasladó a su domicilio, ahí le habría obligado a consumir bebidas alcohólicas para luego violarla y asesinarla con un cinturón”,informó el jefe de la División Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), René Tambo.
Explicó que el viernes Mayta llamó a su ex pareja para decirle que estaba con su hermana lo cual alertó a la Policía Bolivia y de este modo se procedió a arrestarlo en inmediaciones de la Plaza Juana Azurduy de la ciudad de El Alto. Luego todos se trasladaron a la vivienda del agresor ubicada en la zona de Villa Victoria de El Alto, allí se encontró el cuerpo de Elida, la menor fue hallada debajo de la cama de Mayta.
El joven de 21 años mantuvo una relación con la hermana de Elida por más de dos años, sin embargo, debido a los acosos y celos la relación llego a su fin.
Por su parte, el imputado dijo que ella le fue infiel y es por eso razón decidió vengarse con la hermana menor.
Elidia R. fue velada en el colegio Franz Tamayo acompañado por sus seres queridos, ella cursaba segundo de secundaria.
Sus amigos y profesores la recuerdan como una niña muy amable, bailarina y buena. Los padres no pudieron estar presentes porque estaban en los juzgados.
Al momento de ser enterrada en el Cementerio General, empezó a caer una fuerte lluvia como si el cielo llorara por lo que le habría pasado, indicó uno de sus compañeros de curso.
Según relato de su familia, la menor de 13 años vivía en la ciudad de El Alto y desapareció el jueves cuando salió a una práctica de baile de saya. Desde entonces la niña era buscada por sus allegados. El viernes por la mañana, la niña logró contactarse por teléfono con uno de sus compañeros. Le suplicó por ayuda y le dijo que estaba en un cuarto oscuro. Entonces se escuchó la voz de un sujeto que gritó “¡a quién carajo estás llamando!”, según contó su prima.
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