José Manuel Pando, jefe de redacción del diario La Tarde, allá por los años 60, solía repetir a sus subordinados que “no hay nada como un buen titular”. El era un verdadero maestro. Polifacético, podía escribir de política, arte, un editorial, comentar una noticia internacional y hasta de deportes.
Unos años después, del único que pude decir casi lo mismo, fue del venezolano Miguel Otero Silva, dueño de El Nacional. Me encantaba leerlos porque sacaban noticias de donde no había. Y no es que la inventaban, sino que sabían dónde estaba la noticia y en base a ello titulaban.
Quizás el primer titular que me encantó en esos años 60 fue uno en la portada de El Diario de La Paz: “Pararon los sismógrafos del mundo: Pasó el Terremoto Gitano”. Había muerto en la víspera Carmen Amaya, la gran bailaora española de flamenco.
Hace pocos días en el mismo Decano de la Prensa boliviana leí en su portada: “Marcha por repostulación llenó las calles y vació oficinas”. Los empleados públicos habían sido “obligados a asistir a la concentración” convocada por el oficialismo en apoyo a una nueva elección de Evo Morales el 2019.
En Bolivia un campeón de la titulación era Mario Rueda Peña. Creo que Jornada se vendía por su ingenio para interesar al lector: Recuerdo este: “Cholita pierde la honra por recuperar su sombrero”. La nota aludía a la joven cuyo sombrero fue arrebatado por el viento en la calle Illampu y fue a parar a una sastrería, cuyo dueño hizo lo que no debía.
Otros titulares memorables los leí en 1975, en Punto, de Caracas, cuyo insigne “titulador” era Teodoro Petkoff: “Dictador Franco gravísimo”. Unos días después: “Franco en las últimas”. Cuando el dictador aún agonizaba: “Franco no quiere morirse”. Tras otros tres días: “Franco insiste en seguir vivo”. Y como todavía sobrevivía, el titular final: “Franco: Ni la muerte lo quiere”.
Ahora veo que la titulación ya es de compromiso, como de alguien apurado en cerrar la edición. Me indigno cuando veo titulares infames como el del domingo pasado en El Nuevo Herald: “Italia pone en peligro el Mundial”, que debía decir “su asistencia al…”, tras caer ante Suecia en el partido de ida. (Eventualmente resultó eliminada)
Hace algún tiempo cancelé mi suscripción al diario porque me disgustó un titular anunciando un encuentro entre Real Madrid y Barcelona: “Choque de bestias”. Pero parece que les importa un bledo, porque este domingo también titulan: “El Miami Heat se enfrenta a la nueva bestia de la Conferencia del Este” (Los Pistons de Detroit).
En la Copa Mundial México-1986 se popularizó llamar “grupo de la muerte”, al cuarteto entre rivales difíciles en la primera ronda eliminatoria. Como ninguno aparecía como clasificado a la segunda vuelta tras dos partidos, titulé en UPI: “En el Grupo de la Muerte todos están vivos”. Desde entonces lo he visto muchas veces repetido.
Dave Lawrence Jr, máximo jefe de The Miami Herald, me hizo llegar (son gratos recuerdos), una docena de felicitaciones por mis titulares en mi paso por el diario en español. “¡Maravilloso! Un título espléndido” me escribió en un memo del 11 de junio de 1990 cuando el diario a todo lo ancho de su primera página usó mi titular: “Camerún bailó tango en Milán”, aludiendo al revés argentino en el partido inaugural de la Copa Mundial.
En el Día de Acción de Gracias del 25 de noviembre de 1993, los Dolphins doblegaron a los poderosos Cowboys pese a que iban perdiendo. El titular: “Un día para dar gracias a Lett”, quien por un error suyo permitió que el equipo de Miami milagrosamente ganara el juego justo en el campanazo final.
Otros titulares calificados de “excelentes” por Dave: “Cubanos regresan a su país; 32 asientos vacios”, aludiendo a los desertores en la delegación a los Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Juan en noviembre de 1993. Entre otros, particularmente le llamó la atención éste a 36 puntos y en una sola columna: Ayrton “Senna ve piedras en el camino”, sobre lo difícil que vaticinaba el piloto brasileño el torneo de F1 del año 1991.
Ahora en la era del Internet, cuando la gente se conforma con leer un titular y se considera informado, la titulación es importante para invitarle a abrir el texto. Ojalá que esta nota, que escapa a las habituales que escribo y que versan sobre política, lleguen a oídos receptivos, especialmente entre los estudiantes de periodismo. Amén.
(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.