(Artículo de opinión de Favio Santalla).- Todo empieza con la interrogante ¿por qué el pueblo tenía un panorama político distinto cuando no existían las famosas redes sociales? Antes de la era tecnológica, los libros eran las fuentes confiables de información, y sin embargo hoy en día las personas se movilizan y se “informan” con base en publicaciones que contienen falsa información, a través de “memes”, y viralizada por “fakes” (contactos fantasmas) creados por empresas de comunicación a solicitud de pequeñas élites.
Estas falacias recibidas por el pueblo a través de los mecanismos antes citados, consideradas por Sabina como “Mentiras Piadosas”, se materializan como una verdad absoluta, al ser recibida por una persona más de tres o cuatro veces, derivando a que este sujeto posteriormente lo reenvíe a todos sus contactos, defendiéndolo como una verdad irrefutable, cuando este es cuestionado.
¿Estos medios de difusión qué son? ¿Cómo funcionan? Una red social es una estructura social compuesta por un conjunto de actores (tales como individuos u organizaciones) que están relacionados de acuerdo a algún criterio. Para ponerlo simple y fácil, las redes sociales saben todo de ti, qué te gusta, dónde vas, quién eres, y así se multiplica por tus contactos de acuerdo a algoritmos de afinidad. Y es ahí donde emerge el negocio.
Hoy, las redes sociales, tienen la suficiente incidencia en la política y en la toma de poder para derrocar y constituir gobiernos, y esto, está causando un daño fatal en la historia. Precisamente aquí, es donde juega un rol muy importante el “capital”. Las empresas que se dedican a manejar “información falsa” son maniobradas por personas con el suficiente dinero, que les permite incidir directamente en el subconsciente de las personas.
Analicemos el ejemplo de Argentina. Un empresario multimillonario (Mauricio Macri), invierte en el mayor medio de difusión con incidencia en el subconsciente, las redes sociales para derrocar al gobierno Kishnerista a las estrategias ya mencionadas, donde obviamente existe mucho dinero de por medio. Posteriormente este sujeto logra su objetivo: gobernar una nación.
Hoy en día esa persona sin ningún compromiso social y con un pensamiento totalmente deshumanizado y capitalista, gobierna un país tomando medidas políticas como ser el “tarifazo” de electricidad, fondos buitres, la eliminación de bonos, la reducción de pensiones para los jubilados, jubilaciones, contratos estatales lesivos al Estado, etc.
Esto demuestra cómo los logros alcanzados en más de doce años por los gobiernos Kishneristas, fueron derrumbados tan sólo un año en el gobierno de Macri, y es ahí donde vemos el impacto real de las redes sociales en nuestra actualidad.
¿Cuál es el riesgo que las consecuencias pandémicas de las redes sociales lleguen al Corazón del Sur? Para la campaña del referéndum del 21 de febrero, vimos cómo el capitalista Samuel Doria Medina contrató una empresa comunicacional exclusivamente para redes sociales. La misma funcionaba en un edificio de siete pisos y los expertos contratados se alojaron en el Hotel Ritz. Esta campaña fue un paso estratégico para que la oposición empezará a dejar la zona “Walking dead”. La estrategia citada fue solidificada en base a mentiras -ver el famoso “Caso Zapata”-.
Coligiendo, un gran porcentaje de la población creyó en todas las mentiras publicadas por el impacto comunicacional que día a día va creando modificaciones en la percepción social de nuestro país. Actualmente, existe una oposición que tiene claro dónde invertir si quieren derrocar al Presidente Evo Morales del gobierno, las “Redes Sociales”.
La tarea no la tienen fácil, debido a que aún existe en este país una fortaleza que contribuye día a día al progreso, las organizaciones sociales. Estas despertaron colectivamente en 2003 y hoy viven un insomnio crónico que no los permitirá dormir jamás.
Ellos aún ponen nerviosos a los opositores. No obstante, las redes sociales aún continúan creando nuevas percepciones a la clase media emergente, debido a la gran cantidad de dinero que posee Doria Medina.
Por eso creemos que las batallas territoriales, sociales, comunicaciones y culturales, deben seguir librándose dentro del marco del respecto. Se debe crear una consciencia colectiva respecto al material que se difunde. La única manera es que todas y todos nos unamos.
#UnidosVenceremos.