Si analizamos las coyunturas políticas, económicas y sociales de muchos países, advertimos que, algunos, hermanos países van de mal en peor y que cada uno se encuentra gobernado de manera distinta -envolvente-.
“Vemos naciones heridas de muerte, no solo en lo ecológico, sino en el alma misma de sus ciudadanos. El caos, el desorden, el abandono, el hambre, la injusticia, la inseguridad, conviven de cerca con una sensación de irresponsabilidad compartida, esto es por: El desencanto y la decepción del accionar de sus líderes (A. S. Aguilar).
Muchos líderes políticos hoy gimen de dolor, se lamentan con ira y reniegan con impotencia, en todos los sonsonetes, de sus gobiernos, sin embargo no tienen la sinceridad de recordar, de aceptar y de asumir que muchos de ellos fueron los causantes para que sus actuales gobernantes, fueran elegidos y, tengan el poder casi absoluto. En contraposición los “otros” -los gobernantes- hoy se ríen lamiéndose la boca, gozan con placidez y se alegran con sarcasmo ante la impotencia de quienes los crearon.
Vemos cómo el “hacer política” se oscurece por sí misma, no encontrando relevo para superar tan incómoda posición, manifestándose a través de la politiquería manipuladora que solo busca el poder por el poder -los discursos nos han demostrado que son torpes y arteros- La fenomenología llamada “metapatología’, dice el psicólogo humanista Maslow, “salpica a los demás, enajenándolos en una “falta de sentido por la vida”. El cinismo, el totalitarismo, la indiferencia, además de otras conductas antisociales, se sobreponen en nuestro medio a la honestidad, la democracia, la solidaridad, la justicia, la equidad, la seguridad, la libertad, la paz y el bien común”.
En ese contexto, el llamado de los últimos acontecimientos nos exige pasar de una mirada complaciente a una mirada crítica. Por lo que de manera consciente e inmediata hace que nuestro pensamiento cotidiano deduzca que la sociedad necesita que la impactemos. La madurez política debe llegar.
Como ciudadanos, todos somos responsables de los eventos de la historia. En la política debemos contar con la voluntad de muchos actores, en la política es imprescindible que convenzamos para institucionalizar nuestro pensamiento.
Basta ya de buscar la encarnación equivocada -intencionada o no- de nuestra conciencia en el caudillo. Dejemos de escuchar las voces que nos seducen con los mismos cuentos -contados de diferente manera-. Deberás y no deberás hacer esto otro”: culpa, juicio, condena y castigo-; si no lo haces: absolución, exculpación y liberación.
Basta ya de sentirnos bajo custodia permanente, vigilada y controlada, a nombre de rígidas normas seudo-democráticas. “Seamos como esos ciudadanos de la “cuarta corriente”, no dejemos que sectores encumbrados, o “elegidos”, sean quienes hagan política, sino que hagámosla todos, entendiendo que la política es la forma de considerar lo que uno va hacer con su libertad, en la perspectiva frente a los demás.
Recuperemos la memoria secuestrada de nuestros mayores sueños.
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