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Foto: Imagen referencial

23 de abril (Urgente.bo).- Son los más indefensos y vulnerables, y aun así no reciben la protección necesaria para tener una vida libre de violencia. En menos de una semana, cuatro niños fueron víctimas de agresiones violentas y todos los autores son padrastros y todos con la complicidad de las madres.

Flageló a su hijastro

El 15 de abril se conoció que en Santa Cruz un médico, de reconocida trayectoria, flagelaba a su hijastro de 11 años. El sujeto identificado como Hans B., cuando fue denunciado, huyó y días después se entregó a la justicia y afirmó que solo aplicó un correctivo al niño.

Katherine Á., madre de la víctima y esposa del agresor, salió en defensa de su esposo asegurando que no es violento y que su primogénito mintió sobre la violencia que sufrió.

"Mi marido jamás tocó a mi hijo. Sí, eso (de que le haya agredido) es mentira", alegó la señora.

Murió estrangulado

El segundo caso se suscitó en Apolo, La Paz. Un niño de 4 años, de nombre Jair, fue asesinado por su padrastro Marco Antonio M., quien en el pasado intentó quitar la vida a su concubina, madre de la víctima, y pese a esa situación ella no se alejó de él, no lo denunció, más al contrario lo disculpó.

Según el informe de la Fiscalía, el pequeño murió estrangulado. La madre encontró sin vida a su hijo después de volver de su trabajo.

El subcomandante de la Policía paceña, coronel Augusto Russo, aseguró que el principal sospechoso del crimen del menor tiene antecedentes por robo, robo agravado, lesiones y tentativa de feminicidio, entre otros.

Vivió amenazada

El tercer hecho se produjo en la ciudad de El Alto. Una niña de siete años tuvo que convivir por tres días con el agresor de su madre porque ella no quiso denunciarlo.

De acuerdo con Mariela Iturri, abogada de la Defensoría de la Niñez del Distrito 1 de El Alto, el hecho ocurrió el pasado domingo cuando la pareja y otros dos acompañantes consumían bebidas alcohólicas. Luego de una discusión, el sujeto apuñaló 17 veces a su esposa en presencia de la niña.

Afortunadamente la mujer sobrevivió, pero pese a que era víctima de violencia, no pensó en el futuro que le espera a su niña y continuó viviendo junto a su agresor. Además, no lo denunció para sentar antecedentes.

La pequeña vivía amenazada por su padrastro para que no cuente lo ocurrido o le pasaría lo mismo que a su madre.

Eran torturados 

Un último caso se conoció recientemente. En Potosí, dos niños, una de cuatro y otro de siete años, eran torturados como castigo por su madre y su  padrastro.

Los niños, probablemente cansados de tanta agresión, huyeron de su casa y fueron encontrados deambulando en la calle, sin zapatos y sin abrigo.

Los pequeños contaron a las autoridades que cuando cometían travesuras o peleaban entre ellos, su mamá y padrastro les castigaban quemando sus brazos y manos con una cuchara calentada con fuego. Los agresores ya están aprehendidos y serán procesados por violencia intrafamiliar.