Diciembre 16, 2024 -H-

El crédito express colombiano se expande en Santa Cruz

Dinero fácil y sin garantías puede parecer una ganga pero es un riesgo porque es la mejor forma de lavar ingresos ilícitos, sin embargo, miles de personas en Santa Cruz están dispuestos a correr ese riesgo.


Domingo 27 de Noviembre de 2016, 6:00pm






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Santa Cruz, 27 de noviembre (urgentebo).-  Dinero fácil y sin garantías puede parecer una ganga pero es un riesgo porque es la mejor forma de lavar ingresos ilícitos, sin embargo, miles de personas en Santa Cruz están dispuestos a correr ese riesgo.

Los “créditos express” desde hace cinco años son un secreto a voces en los mercados y sectores comerciales de Santa Cruz con préstamos que oscilan entre mil bolivianos hasta los 100 mil dólares y en muchos casos la garantía es la vida misma de los prestatarios.

“Sabemos cuál es el riego y lo único que tenemos que hacer es pagar y cumplir con nuestra obligación en el tiempo pactado, si bien el interés es alto porque llega en algunos casos a más del 20% nos ayuda a superar problemas que en un crédito bancario es imposible”, explica don Mario un comerciante de la Ramada.

Don Mario se prestó mil dólares para comprar mercadería, cada mes tiene que pagar 50 dólares para cubrir la deuda y al día 10 bolivianos durante 20 meses, lo que implica un total de 6.100 bolivianos más, casi 800 dólares de interés, llegando a un 80% y no a 20% como afirma el comerciante.

Estos préstamos lo ejecutan  hombres y mujeres de nacionalidad colombiana que recorren a bordo de motocicletas, lo principales centros de abasto de la ciudad  y tiendas comerciales.

Según el comerciante estos personajes son sólo cobradores e intermediadores para los préstamos porque detrás de ellos está el prestamista que nunca, o casi nunca es conocido por los beneficiarios

Simulamos la solicitud de un préstamo

Al establecer contacto con un joven que circulaba con su moto y fue reconocido como prestamista, Urgentebo intentó simular un acercamiento con el pretexto de acceder a un préstamo.

“Por razones de seguridad no le podemos decir de donde sale el dinero, va a querer el préstamo o no. Esto es cuestión de dinero no de hacer preguntas”, nos dice en tono suave y firme uno de los prestamistas ante la más mínima consulta.

Nuestro interlocutor es un joven de 24 años aproximadamente con un acento ‘paisa’, típico de los valles colombianos, nos lleva a un rincón e impide que saquemos el celular, seguramente para evitar que se tome alguna foto, sólo anota en papel el número de referencia que le damos lo pone en su bolsillo y se compromete a llamarnos en la tarde.

Para llegar a él, tuvo que ser a través de la referencia del comerciante que nos dio su testimonio, tuvimos que ser convincentes para expresar la necesidad de contar con un préstamo.

“Necesito 500 bolivianos para pagar el préstamo de mi hijo”, le dijo el periodista de este artículo al intermediario, simulando el interés.

 “Es poco por lo tanto el interés es mayor, usted tiene que pagar. Te presto 500 bolivianos y cada día me pagas 10 bolivianos y un bolivianito más de interés”, respondió en tono amable y conciso el prestamista.

Al final se le explicó que se consultaría y que llame para confirmar. Cuando el prestamista llamó y se le dijo que “aún no se podía” replicó con un tono firme: “en otra le sugiero que si quiere algo, esté más seguro de poder pagar”.

Pacto de caballeros

El acuerdo con los prestamistas es sin papeles y en base a un “pacto de caballeros”.  Las cuotas se pagan a diario o semanalmente.

Las postura de hombres y mujeres que intermedian en este tipo de créditos es fría y directa, y siempre andan armados, y se respaldan con otros dos o tres sujetos que están cerca del área ante cualquier situación de emergencia.

“Ellos no matan, sólo usan sus armas para amedrentar, por lo que sé en caso de que alguien no cumpla con el prestamos, quienes hacen el trabajo violento son otros hombres que contratan para golpear o quizás para acabar con la vida de su cliente”, explica don Mario.

Según comerciantes de La Mutualista, un librecambista que fue asesinado en su puesto de trabajo en dicho centro de abasto, el pasado mes de septiembre, habría tenido una deuda fuerte con colombianos por lo que decidieron acabar con su vida.

“La policía los detuvo, son colombianos, el sicario no era un prestamista sino pagado por un prestamista, para que ejecute al librecambista”, explicó una comerciante que prefiere mantener su nombre en reserva.

Urgentebo intentó hablar con la familia de la víctima, sin embargo, al final no accedieron a la entrevista argumentando que el caso está en manos de la Policía y que ya fue resuelto.

La actividad de los prestamistas colombianos es conocida por autoridades de la Policía tanto de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen como  de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico que hasta el momento no han logrado frenar los “créditos express”.

El amedrentamiento es su técnica

El investigador de la Policía, Pedro Arispe, afirma Los colombianos montan motocicletas que se asemejan a una distribuidora de helados o cigarrillos y son conscientes de que el origen del dinero no es legal y que la única manera de que circules es realizando préstamos. “Esa es una del as forma de lavar más comunes en el mundo”, explicó.

Según Arispe muchos de los casos por ajuste de cuentas que se han reportado están relacionado con este tipo de transacciones por eso no es de extrañar ver a ciudadanos colombianos involucrados en estos crímenes.

De hecho, la intimidación suele ser la manera más común que utilizan los acreedores para recuperar su capital si el vendedor se resiste a pagar la deuda.

“Sin embargo, lo que llama la atención es que otros casos no se denuncian, muchas veces los que no pagan son sujetos a golpizas y a veces incluso homicidios, pero las víctimas o sus familiares no se animan a denunciar por temor a represalias”, explicó el investigador.

Hay historias que dicen que una vez un prestamista golpeó a una comerciante en la cabeza con la cacha de un revólver, porque no pagaba. Sin embargo, uno del gremio explica que muchos de los gremiales prefieren no denunciar esto, para no perder su acceso a los créditos, que son más fáciles y rápidos que los créditos que dan las entidades financieras.

Los prestamistas llevan siempre consigo una lista de los clientes y su hoja de ruta de trabajo. Intimidan a quienes no pagan los intereses.

Aunque no existe un registro oficial sobre cuántas personas se dedican a este negocio informal y cuántos son los deudores en la ciudad, se estima que solo en el mercado La Ramada hay cerca de un centenar, que tiene créditos desde los mil bolivianos.

“Los  intereses son altos: en el mejor de los casos si te prestas mil y tienes que devolver 1.100, sin embargo, los que se prestan no se dan cuenta que son cómplices de un delito que ente caso no sólo es usura sino lavado de dinero que está contemplado en la ley 1008”, dice el policía.

Muchos de los comerciantes que acuden a estos prestamistas vetado por las financieras y aceptan casi sin pensar el dinero.

Logran eludir la ley

La Fiscalía Antidroga Santa Cruz, no atiende ninguna denuncia sobre los préstamos que realizan los colombianos, sin embargo muchos casos vinculados a ajustes de cuentas siempre tienen nexo a estos grupos ilegales.

“Para resolver algún caso primero agarramos el hilo con estos prestamistas y así llegamos a resolver algunos hechos, en otros casos sólo queda a subniveles porque los verdaderos dueños de los recursos no son visibles, ya que son los cabecillas o peces gordos que siempre andan protegidos”, explicó un efectivo de la FELCN que prefiere mantener su identidad en reserva. .

Las autoridades policiales confirman que en los últimos años esta actividad se ha expandida a las ciudades intermedias como Montero, Warnes, La Guardia y Yapacanía,

Ellos forman grupos de whatsapp a través de los cuales notifican y amenazan a sus clientes en casos de que no cumplan, según explico el efectivo policial.

El fiscal Rolando Montero dijo que en una pesquisa se encontró evidencias de colombianos prestamistas pero que no se les pudo hallar delito o vínculo porque sostiene que su actividad  no es delito y que sólo ganan de laos intereses.

“En muchos casos los liberamos, sabemos que es dinero ilegal, pero no hay como comprobarles salvo algún nexo con un crimen o asesinato”, explicó el fiscal

Constantemente los fiscales son recriminados por la Policía por liberar a estas personas, sin embargo, la falta de pruebas y la manera como se blindan los prestamistas impide que se llegue a establecer nexos con actividades ilegales.

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