2 de agosto (Urgente.bo).- “Chutero yo soy… y la vida se va acabando, sufriendo, llorando, luchando por nuestro hogar”, dice una estrofa de la canción ‘El Chutero’, escrita por el cantautor de música sureña o chicha, Simón de la Torre, que es considerado un himno para los comercializadores y propietarios de autos indocumentados.
Una actividad ilícita que no solo es practicada en el occidente boliviano por el lado de Chile, sino también en la Amazonía boliviana, en la frontera Bolivia con el Brasil, uno de los puntos calientes y vulnerables al tráfico ilegal de mercancías es Guayaramerín, región fronteriza que está ubicada a orillas del río Mamoré por la cuenca del Amazonas, Beni.
La alerta de la presencia de un grupo de periodistas llamó la atención a la población, que no dudó en cuestionar nuestra presencia pues éramos considerados unos turistas.
“¿Qué haces acá?” Es la pregunta que nos hizo un poblador, a lo que atinamos a responder: “vinimos a conocer el lugar”. Ya, el solo hecho de ver una cámara fotográfica o filmadora inquietaba a los pobladores de la zona, sin embargo nuestro objetivo era conocer que ocurría en la zona fronteriza.
A media hora de haber pisado tierra colorada, se nos acercó Alberto Zeballos, dirigente de la Federación de Transporte Sindicalizado 8 de Diciembre. Él cómo muchos de sus afiliados tiene un auto indocumentado o “chuto” con el que trabaja y lleva el alimento a su hogar.
“Tenemos esta herramienta de trabajo porque la necesidad nos obliga, necesitamos trabajar y llevar un plato de comida a nuestras familias. En la frontera no hay una estabilidad económica y menos trabajo, la necesidad obliga a tener estos autos y motos así (ilegales)”, afirma el chofer en declaraciones a Urgente.bo.
¿Pero por qué no pueden acceder a un vehículo legal? Es la otra pregunta que le hicimos y Zeballos nos responde: “porque son muy caros”.
En frontera un vehículo indocumentado tipo Ipsum se lo puede adquirir entre $us 2.500 y $us 3.000, de acuerdo al año de fabricación. Las camionetas Wolkswaguen o Ford, que son más de lujo, uno las compra entre $us 3.000 y $us 5.000, cuando en un mercado formal esos mismos autos llegan a costar entre $us 12.000 y $us 18.000.
Una de las rutas es Cachuela Mamoré, que está a 47 kilómetros de la región amazónica y otros ingresan los chutos por el río del mismo nombre, nos cuenta otro poblador.
“Hablar de los chutos acá (Guayaramerín) es un tema tabú”, nos dice. Pues es cierto, el solo hecho de preguntar del por qué un auto no tiene placa y el cómo carga gasolina incómoda.
Pero, el parque automotor no solo está colmado de autos, sino de 12.000 motocicletas que también son ilegales. En nuestra visita observamos que por familia, hay al menos un vehículo de dos ruedas.
Una moto china cuesta a costar entre Bs 3.000 y Bs 5.000, menos de $us 1.000. Las motos de marca preferidas son las de marca Honda, uno la puede adquirir con $us 800 y $us 1.500 en Guajá- Mirím, que está en el estado brasileño de Rondonia, Brasil.
Nacionalización
La salida al colmado parque automotor en el lado boliviano, es la nacionalización de los autos chutos, asegura el dirigente de la Federación 8 de Diciembre. El senador de Comunidad Ciudadana (CC), Yuri Justiniano, tiene encomendada la elaboración de una ley de regularización de autos indocumentados y presentarla.
“Esa sería la salida. Y sí va habría nacionalización solo debería ser para los que son usados para el trabajo, los sindicalizados y no queremos que los comerciantes de estos autos se aprovechen”, subrayó Zeballos.
Otras de las salidas, es que el gobierno y las empresas importadoras de vehículos como Toyosa o Imcruz puedan ofrecerles a crédito un automóvil legal.
¿Cómo cargan gasolina?
Los surtidores tienen un acuerdo con los las dirigencias del autotransporte sindicalizado, pese a no tener placas, un Registro Único para la Administración Tributaria Municipal (Ruat) o el B-SISA, los vehículos tienen acceso al combustible incluso con factura.
“Así es aquí el acuerdo, ya saben ellos (los propietarios de los surtidores) como se las arreglarán. En la frontera la gente sobresale como se puede, porque la necesidad nos obliga”, nos dice el dirigente transportista.
Riberalta
La situación en la ciudad de Riberalta, capital de la Provincia de Vaca Díez, Beni, no es muy distinta a la de Guayaramerín, esa región está infestada de vehículos y motos indocumentadas, que hasta la Policía que ronda por las calles de esa población, lo sabe y no secuestra esos motorizados.
La presidenta del Comité Cívico riberalteño, Cinthia Miranda, defiende a los transportistas que tienen un automóvil chuto, ya que es considerado como una fuente de ingresos.
“No deberíamos defender lo indefendible, sabemos que son ilegales, pero es su única fuente de ingreso y lo único que nos queda es apoyarlos. Es una fuente de trabajo, más aún que estamos en crisis por la pandemia”, subrayó la cívica.
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