La Paz 29 de diciembre, (Eva Yapura Velasquez, Urgente.bo) .- Viviana Mallque Quispe, de 28 años, permaneció casi siete meses en estado vegetativo a causa de las agresiones de Rubén C., padre de sus dos hijos. Su corazón dejó de latir la madrugada del 2 de diciembre, el mismo día que la fiscal pretendía presentar el sobreseimiento a favor del concubino. La muerte frenó que el sindicado salga de prisión y se amplió su detención preventiva por dos meses más, hasta el 7 de febrero de 2022, cuando se prevé que empezará el juicio.
Viviana ha sido uno de los casos de feminicidio más sonados en Bolivia, en la gestión que se acaba, porque ella escribió con puño y letra la tragedia que sufrió a manos de su verdugo, su concubino y padre de sus hijos. En suma, Viviana ha sido una de las 905 mujeres que murieron desde el 2014 en manos de hombres a los que el Estado no pudo frenar. Las cifras oficiales muestran que ese es el número de casos en el periodo 2014-2021.
Los casos de feminicidio no bajan del centenar en Bolivia cada año. Hasta el 28 de diciembre se han reportado 108 asesinatos por razón de género, una cifra inferior a los 113 casos del 2020 o a los 117 del 2019 o los 130 del 2018, cuando se registró el mayor pico, en el periodo 2014-20211.
Desde el inicio del 2014 en Bolivia los casos siguen la tendencia de terminar el año con más de cien feminicidios. El departamento de La Paz a partir de la creación de la Ley hasta el día lidera la trágica lista de asesinatos por razón de género.
Mercedes Cortez, especialista de Voces Libres de Cochabamba, lamenta esta tendencia de casos de feminicidio en Bolivia, porque muestra que cada tres días una mujer es asesinada precisamente porque es mujer.
“Hay cifras alarmantes. Las mujeres necesitan instituciones de ayuda. Llama la atención y es totalmente reprochable que la misma sede de gobierno no pueda frenar los feminicidios donde se supone que se invierte más. Este fenómeno implica la impunidad, cuando no hay sanción la impunidad legitima la violencia”, lamentó Cortez.
De acuerdo con los datos generados por el Ministerio Públicos, los casos de feminicidio en Bolivia tuvieron el siguiente comportamiento.-
2021, al 29 diciembre, 108 casos
2020, al 31 de diciembre, 113
2019, al 31 de diciembre, 117
2018, al 31 de diciembre, 130
2017, al 31 de diciembre, 109
2016, al 31 de diciembre, 104
2015, al 31 de diciembre, 110
2014, al 31 de diciembre, 114
En el caso de la gestión 2021, hasta el 21 de diciembre se reportaron 107 feminicidios, con el siguiente desglose por departamentos: La Paz registró 43; Santa Cruz 16; Cochabamba 15; Potosí 10; Oruro 10; Chuquisaca 6; Beni 3; Tarija 3 y Pando 1.
Cortez lamenta que en este 2021 se fracasó en la mejora del sistema de justicia. "En marzo nos prometieron hacer la modificación de la Ley 348 como institución hemos hecho 26 propuestas y en total se sumaron 41 propuestas de modificación y complementación. La ley 348 tiene falencias. El Estado nos ha prometido cosas que no ha cumplido”.
Asimismo, expresó que los feminicidios responden as la falta de prevención, porque los casos son atendidos cuando una mujer ya se encuentra hospitalizada o ya sufrió de violencia feminicida.
“Estamos en una lógica de atender los casos de violencia cuando son graves, entonces hay un equipo multidisciplinario que se activa. No se necesita atender la punta de la pirámide sino el cuerpo y la base”.
La especialista atestiguó que el 99% de casos que llegan a la justicia son abandonados; ya sea por dependencia económica, emocional o porque los mismos familiares “empujan a la conciliación.
Mientras, las autoridades no apliquen medidas para frenar el feminicidio en Bolivia, los casos van a seguir en aumento o se va a mantener”, advirtió.
Sin duda, el pasado año se puso en la mesa la hipótesis de que la pandemia actuará como un factor relevante en los feminicidios, sin embargo, Cortez recalcó que, “la pandemia se sumó como un factor, pero los feminicidios no cesaron porque son un crimen de odio. Hay una cultura machista”.
Propuso tres ejes para erradicar la violencia este 2022. En primer lugar, debe haber una reinginiería de la justicia; en segundo lugar, la asignación de justicia y como último peldaño se deben crear políticas integrales, “se debe contar a los niños que quedan huérfanos”, finalizó Cortez.
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