Rebeca Apaza, Olga Condori y Sonia Antequera son tres mujeres y mamás que no se rinden. Ellas tienen historias diferentes, pero buscan superarse día a día pese a la adversidad. Ellas son parte de los cursos de capacitación de la Alcaldía de El Alto y desde ahí dicen “yo puedo”.
La secretaría municipal de Desarrollo Humano y Social Integral de El Alto agasajó a más de 1.000 madres alteñas y relanzaron el programa de capacitación productiva “Mujer Renovada”. Las tres mamás son parte del programa, cada una se capacita con el fin de lograr un emprendimiento propio.
REBECA, LA MADRE QUE SE LEVANTÓ CON FUERZA
Rebeca Apaza supo reinventarse y levantarse. Ella nació en El Alto y tiene tres hijos. Su vida, que era normal, dio un giro radical el 2018 cuando su exesposo la golpeó de forma violenta provocándole un derrame cerebral y una embolia que la dejó con la mitad de su cuerpo paralizado. “Yo sufrí maltrato de parte de mi esposo y por eso estoy en esa situación. Me dio embolia y derrame cerebral por tanto golpe que recibí. Por eso estoy con esta dificultad de no poder mover la mitad de mi cuerpo”, lamenta Apaza.
Tras sufrir esta agresión y ante el abandono de su exesposo, ella ingresó en una etapa de depresión. Pese a todo afirma que pudo seguir adelante y criar a sus tres hijos (Deyna, Alejandra y Juan Daniel) quienes siempre están con ella.
“Mis hijos me apoyaron y me dieron fuerza para seguir adelante. Ellos me dicen ‘eres valiente mamá, te queremos mucho’ y por ellos sigo viviendo”, sostiene Apaza que tiene dificultades para hablar como consecuencia del derrame cerebral.
Ella se mantiene económicamente vendiendo productos de belleza. Apoyada en su bastón que le ayuda a caminar ahora busca capacitarse en pastelería y repostería guiada por el sueño de abrir su propio negocio. “Quiero decir a las mujeres que podemos salir adelante. Hay que luchar, podemos hacer muchas cosas. A pesar de las enfermedades siempre hay una oportunidad”, indica.
“QUE EL MIEDO NO LES VENZA”
Cada mañana Olga Condori, de 21 años de edad, carga a su bebé desde la zona de Villa Ingenio (cerca del botadero de basura) rumbo a distintos establecimientos escolares para vender sus tejidos hechos a mano. Ella solo tiene a su mamá porque su pareja la abandonó cuando su bebé aún no había nacido (ahora tiene un año).
“Soy madre sola y hace un año que me separé de mi pareja. Ser madre soltera y joven es algo duro, pero también muy lindo porque vives experiencias con tu propio hijo. Es algo que no se puede comparar”, afirma Condori.
Esto no opacó a Olga que brilla con su juventud y sus ganas de superarse. Ella es parte de los cursos de pollerería (vestimenta de la chola paceña). “Estoy pasando cursos de pollerería desde hace meses porque me interesó hacer polleras”, destaca la joven madre que siempre va a estas clases cargado a su hijo de nombre Owen.
Condori tiene un sueño: abrir una tienda de costura para mujeres de pollera. “Mi sueño es tener mi propio taller de costura de ropa de cholita paceña”, sostiene la joven. Olga Condori ya confeccionó vestimentas de mujer de pollera y muestra su talento en cada clase. “A las mamás jóvenes quiero decirles que no se den vencidas y que el miedo no las venza porque tener un hijo es una alegría y un motivo de vida”.
“LAS MUJERES VALEMOS MUCHO”
Sonia Antequera nació en Cochabamba y tiene 65 años de edad. Ella es licenciada en Pedagogía y Psicología. Además, es profesora jubilada de educación física. Antequera es parte del curso de glofoflexia y cotillonería. Ella es un ejemplo de superación para varias mamás.
“Estos cursos dan oportunidad a las mamás para que puedan salir de la casa y mostrar su talento. A mí me ayudó mucho para socializar porque hay mucha colaboración”, dice Antequera que tiene dos hijos que viven en Estados Unidos.
La cochabambina es una amante del deporte. En sus tiempos libres se dedica a ser juez de futsal en deporte integrado. “Soy árbitro internacional en Perú y Argentina, muchos me llaman para definir un campeonato”, cuenta. Para ella el papel de la madre es de mucha importancia y ve que “las mujeres valemos mucho. Ser madre es algo emocionante e inigualable”, finaliza.
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