Bolivia tiene una tradición histórica en la explotación de la plata y ejemplos de proyectos que se impulsan en el vecino Perú son una muestra de que el occidente del territorio nacional, en especial el departamento de Potosí, tiene enormes potenciales para generar mayores beneficios con el mineral argentífero, según ha explicado al periódico digital Urgente.bo el exministro de Minería, Jaime Villalobos.
“Bolivia tiene un buen potencial en vetas polimetálicas con minerales de plata, zinc, plomo y algunos subproductos tales como cadmio, indio y germanio. Este tipo de vetas ocurre en antiguos distritos mineros como Ánimas, Siete Suyos, Gran Chocaya, Tatasi, Portugalete, San Vicente, Pulacayo, Santa Isabel y otros que solo están parcialmente reconocidos”, explica Villalobos al periódico digital.
El ingeniero geólogo sostiene que, a pesar de la explotación desde antes de la Conquista Española, el cerro rico de Potosí mantiene su condición de ser una de las principales vetas para la explotación.
“Los yacimientos bolivianos de plata y estaño son mundialmente famosos y el Cerro Rico de Potosí es el mejor conocido. Explotado desde la Colonia por sus vetas de plata excepcionalmente ricas, posee hoy en día un enorme potencial para minerales de baja ley de plata y cantidades significativas de estaño, con subproductos de zinc”, precisa.
Conocedor de la riqueza que tiene la cordillera de los Andes, Villalobos señala que Bolivia, Perú y México son los países con mayor potencial de plata en el mundo. Y recuerda en ese contexto el episoio del enfrentamiento entre Atahuallpa y Francisco Pizarro, hace cientos de años. “Se cuenta que cuando Francisco Pizarro secuestró al Inca y le pidió un rescate para llenar unas habitaciones con oro y plata, buena parte de la plata que el Inca mandó recoger para pagar el rescate vino de lo que era Porco, Potosí. Y el oro vino de los ríos amazónicos. Obviamente, cuando consiguieron el rescate, lo ejecutaron al Inca”.
Pese a los siglos de explotación, en los intestinos de la Cordillera de los Andes aún hay minerales que pueden permitir el desarrollo de los países señalados. En el caso del Perú, recuerda Villalobos, hubo un plan para reactivar, desde 1955, las minas de plata, zinc y plomo, similares a las bolivianas. “Esas minas habían sido agotadas desde la época de los españoles y eran consideradas agotadas; sin embargo, fueron nuevamente exploradas y muchas de ellas actualmente son muy productivas”, añade el geólogo.
Un ejemplo de que en Bolivia es posible repetir la experiencia peruana es la mina San Vicente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), en la que Pan American Silver extrae actualmente alrededor de 950 t.p.d para producir concentrados de plata-zinc y plata-plomo. Dicha empresa exploró y rehabilitó la antigua minea, comprobó reservas por 20.4 millones de onzas de plata, solucionó problemas metalúrgicos y produjo hasta ahora más de 3,5 millones de onzas de plata en concentrados.
En ese marco, el especialista dice que hay minas antiguas bolivianas con buen potencial productivo, que podrían ser rehabilitadas y trabajadas mediante minería subterránea y plantas de flotación. “Los problema metalúrgicos como demasiada plata en concentrados de bajos contenidos de zinc, que eran comunes en estas minas, ya tienen soluciones tecnológicas”, dice.
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