La amazonia boliviana tiene frutos y sabores únicos, muy poco conocidos en el resto de Bolivia. En la ciudad de Cobija existe una propuesta innovadora para dar a conocer el arte culinario de la región, se trata de Rafis Acai Coffee.
Rafis Acaí Coffee es de una pandina visionaria, Roxana Ramos, quien ahora está entre los 15 finalistas del concurso Emprende Ideas en Gastronomía de la Fundación Samuel Doria Medina Arana.
Roxana soñaba de niña con la idea de tener un salón de té. Hoy que es una mujer adulta, madre de tres niñas, mira hacia atrás y ve que su sueño se hizo realidad. Ha sido un logro de la pasión y el esfuerzo que la caracteriza. Como ella dice, la atención personalizada, el uso de los productos de calidad y el cuidado de los detalles hacen de Rafis Acaí Coffee una experiencia para repetir.
Trabajadora social de profesión, Roxana es una apasionada de la cultura amazónica y esto se refleja también en su emprendimiento, en el que se fusionan los sabores amazónicos con los productos universales.
Uno de sus elaboraciones más cotizadas es el Mucunsa, una bebida preparada en base a leche de castaña y acompañada con otros ingredientes del lugar. Tiene un alto grado de proteína y un sabor singularmente rico, uno de los más cotizados en la ciudad.
La oferta en Rafis Acaí Coffee es muy variada; se puede encontrar masas orientales como: masaco, tamales y empanadas de arroz. Ofrece una gama de jugos naturales que varía de acuerdo con la estación.
Roxana es una emprendedora empedernida; probó varias veces antes de lograr consolidar este proyecto. Primero empezó con la venta de helados, luego puso una cafetería en el aeropuerto de Pando, pero no tenía mucha venta por la poca afluencia de vuelos. Después trasladó su cafetería a la ciudad. Pero, a causa de un problema familiar tuvo que cerrar.
Roxana volvió a emprender hace cuatro años: al principio solo entregaba pedidos a domicilio. Para lograr entregar sus productos calientes y a tiempo ella los llevaba en persona, manejando un coche viejo que su hermano le prestó.
La emprendedora pandina reconoce que emprender no es fácil, hay que intentarlo una y otra vez. Pasó momentos difíciles, pero nunca perdió la fe. Ella sabía que en algún momento su negoció crecería.
Hoy sueña con reubicar su negocio en un lugar donde se pueda disfrutar de la vegetación amazónica, que se convierta en un lugar de encuentro para turistas y pandinos, ofreciendo una mayor variedad de productos. Y podrá lograrlo si gana alguno de los premios del concurso Emprende Ideas en Gastronomía.
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