11 de julio (Urgente.bo)- La llaucha es considerada por muchos como un patrimonio de La Paz por su popularidad. Angélica Cabrera prepara las deliciosas empanadas doradas “toda su vida”, pues heredó la sazón de sus abuelas y su madre. Su negocio es una herencia de cuatro generaciones.
Cabrera relata que su bisabuela se dedicaba a realizar las empanadas y las vendía en la Av. Buenos Aires, esquina Tumusla. El puesto, según la casera, tiene al menos 70 años de vida.
Cabrera ofrece las llauchas con una sonrisa y relata que no tiene mucho tiempo para dormir, pues el trabajo es arduo, pero su recompensa es satisfacer el gusto de sus clientes.
“No hay horarios para dormir, a veces me duermo a las 10.00, 10.30 y ya tengo que estar de pie a las 02.00, a las 03.00 de la mañana, porque hay demanda”, relata.
La llaucha se prepara con levadura, azúcar, sal, harina y queso. Cabrera trabaja con un horno en el que también se hornean empanadas y panes.
Cabrera invita a la gente a probar las llauchas en los puntos de venta que se encuentran en Buenos Aires, esquina Tumusla; frente al reloj de la VITA; Achumani, Irpavi, Miraflores y Villa Fátima.
Los precios son accesibles: Mega especial a 8 bolivianos, llaucha Superespecial a 6 bolivianos y las Especiales a 5 bolivianos.
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