23 de julio (Urgente.bo)- El sacerdote Luis Roma abusó sexualmente de más de un centenar de niñas indígenas en Bolivia, entre 1983 y 2002, y dejó en un documento varias fotos de sus víctimas y el relato de los crímenes. Sin embargo, la Curia General de la Compañía de Jesús en Roma, máximo órgano de gobierno de la orden, al conocer el informe de la investigación que realizaron los jesuitas bolivianos el 2019, ordenó ocultar el diario como “información clasificada”.
Según informa el periódico español El País, Roma recibió los manuscritos del pederasta y las conclusiones de la investigación, que aconsejaban informar a las autoridades bolivianas del caso.
El consejero del superior general de los jesuitas y asistente regional para América Latina del Sud, Claudio Paul, con la información a su poder, el año 2020 envió un correo electrónico al provincial Ignacio Suñol, máximo cargo de la congregación en Bolivia, en el que señalaba los pasos que tenían que seguir después de acabar la investigación sobre Lucho Roma, entre ellas, señalaba: la reparación de las víctimas, hacer público el caso "explicitando el nombre de Luis Roma (no solo las iniciales)" y ocultar su diario como "información clasificada".
Los jesuitas en Bolivia ignoraron todas las instrucciones, excepto la de ocultar las memorias de Lucho Roma, bautizadas como Los Manuscritos de Charagua por el pueblo donde escribió sus memorias, donde actuaba como misionero y donde efectuó todos los abusos. Los jesuitas no quisieron dar ningún tipo de información sobre el cura español cuando estalló el caso. Hace solo unas semanas, el citado diario reveló la existencia de un diario escrito por el cura donde confesaba los crímenes y contabilizaba en más de un centenar a las víctimas.
También se supieron los detalles de la investigación que los jesuitas hicieron el año 2019, poco antes de la muerte de Roma, a raíz de una denuncia interna. Entre los documentos, había informes periciales, interrogatorios que corroboraban los abusos y el encubrimiento por parte de la orden durante décadas. Después de la información publicada al medio, los jesuitas reconocieron los hechos y crearon una comisión interna para ponerse en contacto con las víctimas.
(Con información de El Nacional)