Redacción central, 17 de junio (Infobae).- Con la presencia del presidente ruso Vladímir Putin, la selección de Rusia dará inicio a una nueva edición de la Copa Confederaciones. El país anfitrión, se enfrentará a Nueva Zelanda en el primer partido del certamen que servirá como simulacro de la Copa del Mundo que se disputará en próximo año.
En el polémico estadio de San Petersburgo, el combinado local busca revalidar su gran momento, ya que llegan envalentonados tras ganar en Hungría (0-3) y empatar con Chile (1-1) en los amistosos previos. El equipo de Stanislav Cherchésov es consciente de que su equipo está obligado a obtener los tres puntos, ya que su próximo rival es Portugal, y cerrará la primera fase en el Grupo A contra México.
El nuevo entrenador, que ha hecho olvidar al italiano Fabio Capello, ha apostado por una mezcla de jóvenes y veteranos. A la experiencia del portero Ígor Akinféev y Yuri Zhirkov, ex jugador del Chelsea, se le suman algunos nuevos talentos como Aleksandr Golovin, quien ya es pretendido por el Arsenal inglés a sus 21 años.
Los goles son propiedad exclusiva de Fiódor Smólov, la estrella de los rusos, que demostró ser un gran delantero en las dos últimas temporadas, en las que terminó como máximo goleador del campeonato y brilló también en la Europa League.
Por su parte, Nueva Zelanda sabe lo que es disputar la Copa Confederaciones, ya que jugó este torneo en tres ocasiones: 1999, 2003 y 2009. Es una selección que ha crecido en los últimos años y llegan a esta cita como campeones de Oceanía.
Tienen al entrenador más joven del torneo: Anthony Hudson, quien a sus 36 años ya ha sumado mucha experiencia, sobre todo como ayudante de Harry Redknapp en el Tottenham inglés. Hudson, que reconoció su admiración por el portugués José Mourinho, aseguró que su equipo no ha venido a hacer la 'Haka', sino a ganar a sus rivales.
El equipo oceánico ha disputado dos partidos de preparación en las últimas dos semanas en Europa y en ambos cayó por 1-0, ante Irlanda del Norte y ante Bielorrusia.
Sin duda, el jugador más peligroso de los neozelandeses es Chris Wood, un delantero de 1,91 metros que fue el máximo goleador de la segunda división inglesa con el histórico Leeds United.
Poco público en la inauguración
Dos horas antes del inicio del partido entre Rusia y Nueva Zelanda, el estadio de San Petersburgo fue testigo de la ceremonia inaugural de la Copa Confederaciones. Fue un acto de tónica mundialista, con mucho despliegue de artistas en el campo de juego, pero con poca presencia de espectadores en las gradas.
El acto inaugural de la prueba piloto de la Copa del Mundo que se jugará el próximo año en Rusia, tuvo más de 200 imágenes y personajes únicos en el campo de juego, donde el césped se revistió con aproximadamente 7 kilómetros de tela para crear un colorido escenario.
Prestigiosos diseñadores rusos como Alena Akhmadullina, Igor Chapurin, Andrey Bartenev, Konstantin Salavatov o Polina Budanova han participado en la confección de la puesta en escena.
La coreografía estuvo a cargo de 12 integrantes del Teatro de danza Leningrad Center, quienes trabajaron en el espectáculo con 50 instalaciones de arte únicas. Se vio un gran baile con más de 2000 artistas sobre el césped del estadio.
Luego del baile principal, hicieron una breve presentación de las cuatro sedes del certamen que funcionará como antesala del Mundial: el Estadio Krestovski de San Petersburgo (68.000 espectadores), el Kazán Arena (45.360), el Estadio Olímpico de Sochi (47.600) y el Otkrytie Arena de Moscú (45.000).
El presidente ruso, Vladímir Putin, que muy raramente asiste a partidos de fútbol, ya que prefiere el judo y el esquí, estará en el estadio de San Petersburgo para dar el toque inicial del torneo considerado la antesala del Mundial de Rusia 2018.