La Paz, 21 de octubre (Soledad Mena, Urgetenbo.com).- Ángela Layme Mamani es una comunicadora social de pollera de origen aimara, su lengua materna le ayudó a interrelacionarse con los pobladores de las provincias de quienes recoge sus necesidades y propuestas. Su sueño es tener una radio en su comunidad para transmitir los derechos de las mujeres víctimas de violencia.
Es la primera mujer de pollera que defendió su examen de grado (el pasado 3 de octubre) en idioma aimara en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) para obtener su licenciatura en Comunicación Social a la edad de 53 años. Es madre soltera, tiene dos hijos, vive en la zona Germán Buch oeste Villa Ingavi de la ciudad de El Alto. Cursa el último semestre de la carrera de Lingüística en la Universidad de la Universidad Pública (UPEA).
Originaria del municipio Jesús de Machaca de la provincia Ingavi del departamento de La Paz llegó en 1986 a la ciudad de El Alto en busca de una mejor vida.
“Yo quería estudiar, esas veces los estudios solo era para los hombres, no era para las mujeres”, dijo Laime.
A los 20 años ganó el concurso que había convocado radio San Gabriel para conducir programas radiales en aimara, así inició su carrera de comunicación, de manera empírica.
“Esas veces era una cholita tímida, ni sabía hablar, fui al concurso de ocultas y gané”, apuntó.
Radio San Gabriel le dio la oportunidad de acercarse a las mujeres de las comunidades durante 14 años, llegó a las áreas rurales mediante sus programas hablando aimara. Leía y traducía avisos redactados en castellano. Aprendió a actuar en novelas y hacer cuentos, todos en idioma nativo. Conducía programas juveniles para crear líderes bajo la consigna de evangelización. Radio San Gabriel fue su escuela.
“He trabajado con las mujeres. Siempre he estado en contacto con las mujeres del área rural, con las mamás productoras de llamas y ovejas”, dijo.
Se trasladó hasta las comunidades para estar en contacto con su público y para conocer sus demandas y necesidades. Participaba en las actividades de las comunidades (ferias y festivales) haciendo programas en directo y difundía los derechos de las mujeres.
“Como la mayoría de las personas hablan en aimara en el área rural y como yo hablo en su idioma, había más confianza. A veces hacíamos festivales ferias educativas iba a transmitir en directo sus demandas y necesidades. Promocionaba sus danzas y tejidos”, recordó.
En su examen de grado le tocó exponer y defender el periodismo comunitario y para su examen práctico preparó un programa radial de 15 minutos donde el tema central jue la justicia comunitaria. Antes había intentado presentar tesis de grado en aimara, pero la carrera no colmaba sus expectativas. “Me desenvuelvo mejor en aimara”.
“La justicia comunitaria es transparente, conciliadora, no tarda años con los juicios, el problema se soluciona en el momento”, apuntó.
Como licenciada persigue el sueño de tener una radio en su comunidad para informar y orientar a las mujeres que sufren violencia. Su plan es enfocarse en las mujeres, niños y ancianos del área rural hablando su idioma y trasmitiendo sus costumbres. “Las mujeres tienen potencialidades, pero están ocultas”, dijo.
Radio Metropolitana (11 años) y Atipiri (un año) también fueron escuela para ella. Conoció a Mónica Medina y Remedios Loza quienes predicaban la cosmovisión andina, se sintió discriminada por hablar aimara. “Hay personas ahí dentro que no comparten la idea, no me gustó dolida”, sonríe.
En Atipiri recuerda que Donato Aima le animaba a ser profesional. Tuvo la oportunidad de trabajar con el senador Eugenio Roja, eso marco negativamente su carrera, hace tres años que no encuentra trabajo.