La Paz, 31 de octubre (Urgente.bo).- La mitología aymara tiene a seres benignos y malignos que por siglos se han mantenido en el imaginario de los pueblos y hoy se mantienen vigentes, gracias a la oralidad incluso en las mismas ciudades. Uno de ellos es el anchanchu, un ente maligno que adquiere diferentes formas, que se distingue por su deseo insaciable y que puede causar la muerte a quien se le ha presentado y lo impresionado.

El antropólogo Milton Eyzaguirre dice que el anchanchu es el ser maligno más importante de la mitología aymara. Es el más temido, precisamente porque puede llegar a causar la muerte de las personas. Es un ser que chupa la sangre del corazón o de los labios de la gente. Se lo representa como un viejo o jorobado o gordo, con pelos en las plantas de los pies. Suele estar cerca de los sitios arqueológicos. En otros lugares asume la forma de un animal.

El anchanchu es un ser que habita el mankhapacha, el mundo de abajo, junto a otros entes que son temidos por los pueblos indígenas, como el Karisiri. "En el campo, se cree que la gente tiene hasta 10 almas, otros dicen que las mujeres tienen siete y los varones tres. Siendo tantas son robables, hasta que se llega a la última y entonces hay muerte", añade Eyzaguirre.

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El anchanchu es una deidad siniestra que atrae la enfermedad y la desgracia. Se manifiesta como seres humanos vestidos con prendas lujosas, aparece también como animales, y una combinación entre humano y bestia, con el fin de seducir, asustar a la víctima.

Según el amauta Juan Carlos Ballón, estos personajes se manifiestan sobre todo a la gente que camina sola. Si no hay alternativa, hay que andar con una piedrita metida debajo la lengua, o rezando, o hablando como si uno estuviera acompañado. “Hay que simular que uno va acompañado, porque utilizan cualquier artimaña para engañar y quitar esa energía. No hay que temerle, aunque el momento es pone tenso: ‘no molestes, ándate, hay que decirle’”.

No temerle

Con su aparición, este ser provoca que la víctima se enferme hasta una situación crítica, pues la quita el ajayu (espíritu o alma). Tiene cura, pero si no se lo detecta a tiempo podría ser el fin de la persona afectada. Ballón asegura que “cualquier mal se cura, primero hay que hacerle un cambio de suerte, hay que ver la coca para curarle, si se va utilizar animales, minerales o plantas, y según eso se hace el proceso de curación y de sanación espiritual. Cuando es a tiempo, sí se puede curar, cuando es pasado se demora en curarlo y requiere de más ceremonias” dijo.

El Compadre consultó también al maestro curandero Jonathan quien explicó: “toda maldad tiene cura, aunque la persona parezca estar en sus últimas horas o por irse para descansar, tiene solución”

Ambos recomiendan que no hay que dejarse imponer con estos personajes malignos, hay que controlar las emociones y, así, ahuyentarlo, porque el anchanchu, busca quitar el “ajayu”.

Al inicio, los síntomas de la aparición del anchanchu se parecen al de un resfrío común o a los del ataque del “kari kari”. Inicialmente presentan dolores de cabeza, fiebre, malestar del cuerpo, la aparición de granitos de gran tamaño (con acumulación de líquidos) en el rostro, pesadez por las noches para dormir, y pérdida de peso. Cuando la persona esté enferma, sentirá una especie de escalofríos frecuentemente en el cuerpo.

¿Cómo curarnos?

Cuando ataca el anchanchu, suele inducir a sus víctimas hasta la locura. Su fin es arrebatarles la vida.  Las personas afectadas deben ser tratadas de inmediato por un amauta o un yatiri. Para frenar su voracidad, los especialistas suelen ofrecer una ch'iara misa o la mesa negra, ofrenda compuesta por elementos que simulan desperdicios de comida (secos y duros).

Se dice que los anchanchus suelen disfrutar la ingesta de sus propias heces, por lo que los alimentos desechos son los predilectos para satisfacerlos y cuando no ocurre aquello, atacan directamente el corazón de sus víctimas, beben la sangre caliente y se comen la parte externa corazón.

Luego de la mesa negra, se procede a la curación con rituales especiales y por último, la sanación espiritual.

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Tipos de anchanchu

Hay una variedad de anchanchus y aunque no tengan un nombre como tal cada uno, se clasifican por la forma en que se manifiestan.

En tierra plana o pampa, esta criatura puede presentarse como un ser humano adornado con objetos de lujo o incluso transformarse luego en un animal.

En las cumbres, estos seres atacan por lo general en las carreteras y en las cumbres de los cerros, se dice que también se expresan mediante sonidos y gritos para conducir y volver loco a la persona.

Aire, se manifiestan como tipo vientos arremolinados o animales monstruosos y gigantescos.

Agua, se forma como un meandro en los ríos, o un torbellino en el interior de las aguas.

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