31 de diciembre (Revista Oxígeno- Urgentebo).- Cuatro millones de hectáreas de la Chiquitania boliviana, 12 áreas protegidas de gran biodiversidad de flora y fauna para el planeta, ecosistemas únicos, fueron afectados por innumerables puntos de fuego que asolaron el este boliviano.
Cinco vidas segadas, cuatro bomberos voluntarios y un campesino del lugar son el trágico resultado de este desastre ambiental, según datos la gobernación del departamento de Santa Cruz.
Fue una catástrofe ecológica provocada por intereses agropecuarios y que solo la propia naturaleza pudo controlar con las lluvias —luego de 70 días en que el fuego destruyó bosques y pastizales de la zona—, a pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades nacionales, departamentales, militares, policiales, cientos de ciudadanos y voluntarios que participaron en la emergencia.
El fuego en los bosques chiquitanos y la destrucción de su fauna tocó la sensibilidad del ciudadano y se instaló en la agenda política con miras a las elecciones presidenciales del próximo 20 de octubre.
Por el incendio se generó la movilización del Comité Pro Santa Cruz, organizaciones en defensa de la democracia, activistas medioambientales y ciudadanos que se dieron cita a un multitudinario Cabildo el viernes 11 de octubre, un mecanismo de democracia directa y participativa, cuya convicción de defensa de la tierra chiquitana, su valor para la región y el mundo, fue reivindicada.
Más de un millón y medio de personas se congregaron en la capital cruceña, según los cívicos de ese departamento. Varios fueron los oradores, entre ellos la activista Andrea Vaca Barberí, que en tono fuerte dijo a los asistentes “debemos unirnos y defender nuestra tierra, nuestra Chiquitanía, nuestra democracia y sobre todo nuestra libertad, ya que la libertad no es regalo de un hombre ni de un gobierno, es regalo de Dios”.
A pocos días de la elección presidencial, los incendios en la Chiquitanía, según algunos analistas, impactaron en los ciudadanos y se han instalado inevitablemente en la agenda político electoral del país y podría influir en el voto de los electores.
Para analistas políticos como Franklin Pareja, el desastre ecológico en la Chiquitanía generó la indignación de los ciudadanos por una mala gestión gubernamental que no actuó de inmediato para mitigar y confrontar los incendios, insistió que tenía todos los recursos y no declaró “desastre nacional” para poder capitalizar recursos, asistencia técnica y logística internacional. Y principalmente porque impulsó el llamado agropoder.
En este contexto, el tema del medioambiente, que en anteriores elecciones presidenciales no era parte del debate político electoral y tampoco estaba en la agenda ciudadana, sin embargo tomó protagonismo con los incendios en la Chiquitanía boliviana y se verá reflejado en el voto de los electores, según los expertos.