Marzo 29, 2024 [G]:

#Anuario2019: La generación pitita es el personaje 2019

Los ninguneados, olvidados cargaban una bronca que estalló en octubre, tras las elecciones.


Martes 31 de Diciembre de 2019, 12:45pm






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31 de diciembre (Revista Oxígeno- Urgentebo).-  “Me he sorprendido, ahora dos, tres personas (están) amarrando ‘pititas’, poniendo ‘llantitas’. ¿Qué paro es ese (...)? Soy capaz de dar talleres, seminario de cómo se hacen las marchas a ellos, para que aprendan”, dijo el expresidente Evo Morales, en una concentración realizada en Cochabamba, el 24 de octubre, cuando el país vivía una creciente convulsión política por las movilizaciones ciudadanas en su contra. 17 días después esas pititas se convirtieron en un círculo sin salida posible al punto que renunció luego de 13 años, 9 meses y 18 días de gobierno.

Morales usó la palabra “pititas” en tono despectivo, para restar crédito a la movilización de mujeres y jóvenes de clase media y, además, reivindicando (o apropiándose de) los bloqueos tradicionales con los que se dio a conocer. Lo que hizo fue no poner atención a aquello que estaba sucediendo como una nueva forma de política protagonizada por jóvenes. Así, nació la generación Pipita –como se llamaron los actores– que ganó el protagonismo y se convirtió en el personaje del año. Pero ¿quiénes son?

Dos meses después de que las elecciones fueron catalogadas como fraudulentas, surgen algunos de los actores más allá de Luis Fernando Camacho y Marco Pumari, como Fede Morón y Jhanisse Daza, activistas de Ríos de pie. Esta última es quien se dirigió a miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para criticarles por su complacencia con  Morales como Presidente de Bolivia.

En Cochabamba ganó protagonismo Resistencia Juvenil Cochala (RJC) y en Beni, quien destaca es  Fernando Llapis. En el caso de La Paz, entre los liderazgos que se destaca está el de Waldo Albarracín, rector de la UMSA y líder de Conade. También se menciona a Rolando Villena, exdefensor del pueblo e integrante de Conade. En la zona Sur, se subraya  el rol de Daniel Lee Munroe Miranda, quien lideró los puntos de bloqueo en esa parte de la urbe paceña.

Una generación ninguneada

Para Marcelo Durán, comunicador y docente universitario, la generación pititas es la población conformada por ninguneados, apartados, disminuidos, satirizados, cuya bronca se gestaba desde hace algún tiempo y tomó mayor fuerza tras las elecciones.

“Evo Morales omitió un detalle importante. La edad media en Bolivia es de 23 años. Y eso de que son el futuro del país es mentira. Ya son el presente, en cantidad y ahora en calidad. Por lo mismo, este fue el momento preciso en que la pita pasó de red social en la pantalla a tejido social en las calles”, enfatiza.

Autoconvocados y con diferentes enfoques, fueron estos jóvenes quienes trajeron frescura y resignificación a los símbolos patrios. Una bandera en la espalda fue para muchos, una falta de respeto mientras que para ellos significó una adhesión patriota, una capa protectora ante los atropellos discursivos.

Al respecto, la pitita se vio fortalecida con el lenguaje nativo digital: videos con dron, relatos en audio vía WhatsApp, memes e ilustraciones para viralizar.

Cuando hablan de golpe, pienso que el único golpe que hubo fue el de esta generación que desplazó a la anterior sin miramientos. Ahora les toca liderar desde abajo, desde adentro. Curiosamente, la figura de la pita es una excelente metáfora de red (social/digital), que mientras más puntos tengan, más fuerte será.

En tanto el analista Marcelo Silva señala que la participación de los jóvenes apareció como primer punto de inflexión en el deslizamiento de Bajo Llojeta y el desastre ecológico en la Chiquitania, donde la juventud salió de su comodidad de las redes sociales para demostrar que la solidaridad es un elemento palpable y empírico demostrable.

/// Lea la nota completa en el anuario de la Revista Oxígeno. Edición Nº 102

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