La Paz, 18 de julio (MCyT).-Cansancio extremo marca sus rostros, mientras los mitayos cargan en angarillas las rocas y pedazos del preciado mineral, la plata,extraído de las entrañas del cerro Rico de Potosí. Ésta es la escena en el siglo XVI y XVII plasmada de forma particular en los textos educativos de Japón.
Lámina de Plata de Iwami Ginzanen, la ciudad de Oda del departamento de Shimane, fue una de las más grandes de la historia de Japóndesde el siglo XVI; su magnitud sólo se podía comparar con la famosa mina del Cerro Rico de la Villa Imperial, ahora Potosí.
La mina de Iwami tuvo un gran impacto en la economía y cultura de los japoneses, coincidiendo su mayor esplendor en el mismo periodo del descubrimiento de la veta de plata en el Cerro Rico que se convirtió en el sustento de la Corona Española; entre tanto, al otro lado del mundo, Japón desempeñaba un papel fundamental en el comercio de Asia oriental, China y Europa. Ese paralelismo en ambos extremos del planeta, daba lugar a que la plata fuera una moneda clave en el comercio y cultura del mundo.
Ante esta llamativa similitud de la historia de la plata entre Bolivia y Japón, el gobierno japonés implementó la historia de la explotación de la plata en Potosí en la currícula educativa, una estrategia para comprender las referencias de la minería de Asía y el nuevo mundo.
“Es algo extraordinario. Saber que, para entender la historia de la plata en Japón, los estudiantes deben leer parte de la historia de Bolivia. Los estudiantes japoneses se identifican con Potosí”, dijo Carlos Rúa, profesional de Patrimonio Mueble, quien recientemente visitó Japón.
Según el restaurador, los textos muestran incluso el mapa del periodo de la colonia donde aparece una navegación que inicia de Potosí, pasa por México y Panamá, y continua hasta Asia para llegar a Japón.
Rúa indicó que los navegantes también cruzaban miles de kilómetros hasta llegar a Iwami para establecer contacto e intercambios con el centro minero e incluso llevaban monedas que se acuñaban en la Casa de la Moneda de Potosí, esta situación creaba curiosidad en los pobladores orientales.
La explotación minera de Iwami duro hasta el siglo XIX y la comunidad conserva hasta ahora las partesnaturales, arqueológicas, fortalezas, santuarios y viviendas de la ciudad de Oda con su estilo original. Por estas peculiaridades, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por su sigla en inglés)declaró -el 2007- a la mina de Plata Iwami Ginzan y su Paisaje Cultural como Patrimonio Mundial, algo similar sucedidoen 1987 con la declaratoria a la ciudad de Potosí.
La similitud o paralelismo de historias cautivo a muchos investigadores japoneses y estudiosos como a las autoridades locales de Shimane, quienes se propusieron organizar una exposición conmemorativa de los 10 años de declaratoria de las minas deIwami en el Museo de la Antigua ciudad de Izumo de Shimane, en uno de los centros culturales más importantes de Japón.
Como parte de la estrategia cultural, Shimane solicitó al Ministerio de Culturas y Turismo del Estado Plurinacional de Bolivia colaborar con 19 piezas coloniales de la Casa de la Moneda, para que sean parte de la exposición que relata la extracción, procesos e impacto de la plata.
En el marco de las políticas de difusión y fortalecimiento de la cultura de Bolivia, el Ministerio de Culturas y Turismo realizó el préstamo de 19 piezas coloniales, entre ellas cuatro pinturas: “Virgen de la Candelaria de Sabaya” de Luis Niño, “Virgen del Carmen” Anónimo, “Virgen del Rosario” de Luis Niño y “San Pedro de Alcántara” de Melchor Pérez Holguín.
Un dibujo en papel del“Plano de la ciudad de Potosí”, piezas de plata como un quirquincho, dosesencieros en forma de llama y otro de toro, una sopera, una “Pava con hornillo en forma de León coronado”; además deinstrumentos de minería como un crisol,un cuño, una callana, una angarilla, una balanza yun crisol; y monedas: de “FernandoVII”, “Macuquina” y “Simón Bolívar”.
“Así como en Potosí se acuñaron varias monedas, en Iwami también se acuñaban monedas, no similares, pero también de plata”, apuntó Rúa.
Las piezas que fueron exportadas con Resolución Ministerial Nª 137/2017, están a cargo de Carlos Rúa, quién supervisó el proceso de traslado, desembalaje, montaje exhibición hasta su conclusión y retorno.
La inauguración de la exposición se realizó el 13 de julio con presencia de autoridades de Shimane y de Bolivia permanecerá hasta el 3 de septiembre del presente.
“La exposición despertó mucho interés y curiosidad de parte del público japonés, porque es la primera exposición de esta naturaleza que se lleva a cabo en aquella región asiática. Es un planteamiento de paralelismosdesarrollados entre los siglos XVI y XVII, concentrado en lo que ha sido la explotación minera de la Plata. Llama la atención e interés porque mientras aquí se explotaba la plata en ese periodo, en el otro extremo del mundo también se lo hacía, mostrando a su vez la apertura de las fronteras con el intercambio de productos entre América, Europa y Asia”, explicó Rúa.
En criterio de Rúa, la exposición de las piezas de Bolivia en el Museo de Izumo de Shimane, es única ya que recorrieron más de 17.000 km para llegar a Japón y es la primera vez se exponen de forma pública en un país oriental.
La exhibición se instaló en una sala temporal de 760 metros cuadrados aproximadamente. Los especialistas adecuaron la sala con una iluminación regulable, climatización, seguridad, información, señalética, entre otras condiciones normadas para evitar cualquier alteración o deterioro de material de las piezas prestadas.
“La exposición es una experiencia que fortalece el intercambio cultural, que es la transmisión de las culturas, nuestras tecnologías, conocimientos y costumbres de las distintas épocas y da la oportunidad de Bolivia mostrar su cultura al mundo, a través de la historia”, destacó Rúa.
El envío de las valiosas piezas de la Casa de la Moneda de Potosí, se realiza en el marco de la política de difusión cultural que esta Cartera de Estado promueve y el fortalecimiento del intercambio cultural entre Bolivia y Japón.
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