El uso de instrumentos electrónicos de pago gana terreno en el país. Hasta octubre pasado, el sistema, que permite realizar transferencias de dinero rápidas y seguras sin necesidad de efectivo, logró resultados altamente positivos. La aplicación de una fórmula que combina la tecnología con el desarrollo y la adopción de innovaciones para los instrumentos y canales electrónicos de pago, permite que el sistema financiero nacional y sus usuarios se embarquen con mayor facilidad a la transformación que exige la era digital.
Así, los 94 millones de Órdenes Electrónicas de Transferencia de Fondos (OETF) que se procesaron en 2021, se convirtieron en 407 millones a octubre de 2024 lo que representa un crecimiento del 333% en menos de tres años. La relevancia de estos números es que las operaciones se hicieron más accesibles, ya que se utilizan en transacciones cotidianas como las transferencias y pagos en comercios, la cancelación de servicios básicos (agua potable, electricidad, gas domiciliario, telefonía, entre otros) y las compras por internet, entre las más relevantes.
En este grupo, el uso de QR se convirtió en la punta de lanza en el camino de ida sin vuelta hacia la disminución del empleo de dinero en efectivo. En 2021, los usuarios del sistema financiero realizaron seis millones de transacciones a través de este código; a octubre de 2024, la cifra escaló a 290 millones, con un crecimiento histórico del 4.733%.
El uso masivo de estos avances tecnológicos en el sistema financiero nacional representa una mejora cualitativa que situó al país a la vanguardia con innovaciones 2 como la interoperabilidad, muchos años antes de que este mecanismo se aplique en la región.
Un sistema regulado En este proceso, el Ente Emisor garantiza el uso de estándares comunes, compatibles y universales para todo el sistema financiero, facilitando las transacciones, estableciendo la gratuidad de transferencias electrónicas hasta Bs50 mil, la habilitación de canales electrónicos en entidades financieras no bancarias, la interoperabilidad (que permite a los usuarios procesar transferencias entre cuentas de billetera móvil entre diferentes entidades financieras y pagos con QR y billetera móvil en puntos de pago) y la disponibilidad sin restricción de horario.
Estas acciones posibilitaron la fluidez de pagos y cobros y, lo más importante, generaron confianza entre los usuarios hasta convertirlas en herramientas indispensables en su día a día. Dinero plástico El uso de tarjetas de débito y crédito también mostró un desempeño creciente. Los 68 millones de transacciones empleando estos plásticos de 2021 se transformaron en 83 millones (22% de crecimiento) en octubre de 2024. Pagos digitales Las billeteras móviles, otro de los instrumentos de amplio uso, también crecieron notablemente.
En 2021 se registraron 54 millones de operaciones a través de este medio; a octubre pasado la cifra trepó a 278 millones (415% de crecimiento). Su cualidad digital facilitó el acceso a las personas que la emplearon masivamente para realizar operaciones financieras por compras que, tradicionalmente, estaban ligadas al dinero en efectivo. Así, las principales operaciones con este medio fueron el envío y recepción de dinero, las transferencias y los pagos por QR y las compras por internet.
Para todo El uso de instrumentos electrónicos es una forma efectiva de profundizar la inclusión financiera. En esta senda, el uso del QR es el baluarte de las transacciones financieras sin billetes ni monedas. Las cifras muestran que de los 290 millones de transacciones registradas por QR a octubre de este año, casi la mitad (49%) se realizaron por montos de hasta Bs50; algo más de una cuarta parte del total fue en operaciones entre Bs101 y Bs520.
La cifra agregada muestra el impacto del QR al momento de facilitar el acceso de la población a los productos y servicios financieros: 87% de las transacciones (más de 252 millones) fueron por montos menores a Bs520. 3 Los datos son claros. La combinación de innovaciones tecnológicas con el decidido compromiso del Banco Central de Bolivia por la inclusión, posibilita que el sistema financiero nacional y sus usuarios tengan en sus manos la posibilidad de realizar transacciones digitales y electrónicas, fáciles y seguras y confiables.