31 de marzo (Urgente.bo).- Católica por el Derecho a Decidir defiende a Icla de Fátima Arana, quien mediante su red social Facebook, denunció a Alejandro Archondo y Alejandro Cambero por violación. La organización también existe que se aplique la Ley 348 y se investigue y sancione a los agresores por el delito de violación.
“Desde Católica por el Derecho a Decidir, exigimos a las autoridades con competencia en la atención y sanción de la violencia contra las mujeres que, en cumplimiento de la Ley 348 y su reglamento, investiguen a profundidad y se sancione a Alejandro Archondo y Alejandro Cambero por el delito de violación”, dice parte del pronunciamiento de la organización.
También piden medidas de protección para la víctima. Católica por el Derechos a Decidir, en el pronunciamiento, manifestó a Icla su solidaridad, apoyo.
“Nosotras te creemos y te apoyamos y lucharemos contigo en tu búsqueda de justicia y restitución de derechos”, expresa la organización.
Relato
Mediante las redes sociales se virilizó la denuncia de Icla Fátima Aranda. Según el relato, Archondo y Cambero, a quienes consideró amigos de confianza y con quienes compartió muchos momentos, la violaron tras compartir un poco de vino.
“Unas copas de vino, jugar en el tubo de mi sala, risas, bromas, fotos y videos, confidencias del corazón, un reencuentro esperado y un espacio de cariño que prometía mucho. ¿Después? Dos escenas quedaron en mi retina: una con los dos abusándome, otra donde solo uno me abofeteaba mientras me violaba”, escribió.
Icla cuenta que no recuerda todo lo ocurrido, porque estaba inconsciente, tiene vagos recuerdos de aquel día, solo sentía dolor y estaba muy confundida.
Al mediodía del día siguiente por fin pudo reaccionar por completo, después de un largo sueño, y vio que su cuerpo estaba lastimando, tenía moretones y heridas.
“Me tomó un buen rato entender lo que había pasado, me costó un mundo creer lo que ellos hicieron, me dolió el corazón tanto como el cuerpo y pude llorar por fin. Me rompieron, me partieron la vida en dos. Violaron mi hogar, mi confianza y me violaron a mí. Las heridas del cuerpo curaron, pero las del alma me perforan de dolor cada día”, relata la joven.
Texto completo de la denuncia
ME VIOLARON, PERO SIGO AQUÍ
Era jueves y yo estaba feliz. Dos amigos, tan queridos y desde hace tanto venían a almorzar. Risas, juegos y faltaba el tiempo para conversar sobre tantas cosas…
Unas copas de vino, jugar en el tubo de mi sala, risas, bromas, fotos y videos, confidencias del corazón, un reencuentro esperado y un espacio de cariño que prometía mucho
¿Después? Dos escenas quedaron en mi retina: una con los dos abusándome, otra donde solo uno me abofeteaba mientras me violaba. No recuerdo nada más, mi mente es un pantalla apagada y solo mi cuerpo registra el horror de esa tarde. Reaccioné por la noche y recuerdo una vaga conversación con el que se quedó, recuerdo que me decía que comprara la píldora del día después porque había terminado dentro. Estaba mareada, adolorida y confundida, dormí hasta el medio día siguiente y cuando por fin pude levantarme descubrí con terror todas las marcas, los moretones, las heridas… todo el dolor que invadía y no me ha abandonado desde entonces.
Me tomó un buen rato entender lo que había pasado, me costó un mundo creer lo que ellos hicieron, me dolió el corazón tanto como el cuerpo y pude llorar por fin.
Me rompieron, me partieron la vida en dos. Violaron mi hogar, mi confianza y me violaron a mí.
Las heridas del cuerpo curaron, pero las del alma me perforan de dolor cada día.
No puedo dormir, no puedo sonreír, ni siquiera hacer fila en el banco sin llorar…
No siento a mi cuerpo ni nada más que una tensión que me quita el aliento.
Y no es justo, no es justo que no pueda mirarme al espejo sin sentir asco
No es justo que no pueda practicar el deporte que amo porque lo asocio con ese día
No es justo que rechace los abrazos de mi sobrino porque sus rasgos infantiles me recuerdan a uno de ellos
No es justo que la última imagen que tenga del camberito, de aquel hombre que tuve en un pedestal por quince años y que siempre me adoré sea la de él encima mío abofeteándome mientras me abusa
No es justo que me quiera morir cada día ni que tenga miedo de salir a la esquina
No es justo el dolor, la impotencia y el pánico en los ojos de mis hermanas y mis amigxs
No es justo que yo cargue esto que me hicieron y ellos sigan tan tranquilos
No es justo que esto le pueda pasar a otra mujer por confiar en dos hombres que parecen inofensivos y no lo son
ALEJANDRO ARCHONDO, ALEJANDRO CAMBERO LOS VIOLADORES SON USTEDES
#LoCuentoYo por qué por suerte, todavía puedo