La Paz, 05 de julio (Urgentebo).- El apoyo de sus respectivas familia fue la cereza de la torta. Las parejas lucharon por su amor y hoy juntos lo hacen por sus derechos y los de otros. Tienen coraje para hacerse respetar. Como activistas son protagonistas por el ejercicio de los derechos y contra la discriminación. Este medio cuenta la historia exitosa en el amor de tres parejas, los entrevistados cuentan que sin el apoyo de la familia, no lo habrían logrado.
La historia de David y Guido empezó en Paraguay y tiene el apoyo de las familias
“Creo que si la familia no estuviera a nuestro lado apoyándonos, la situación podría ser más difícil. La fuerza que nos dio la familia es muy importante para nosotros porque el que nuestra relación, sea una relación compartida con nuestras familias hace que sea libre, hace que sea más establecida, porque no sólo estamos pendientes el uno del otro, sino que también hay un conjunto de seres humanos que están constantemente retroalimentando nuestra felicidad, pendientes de nuestras penas y también de nuestros triunfos”, cuenta David Aruquipa, uno de los activistas más importantes del movimiento LGTB de Bolivia.
Para David y Guido, que comparten la inclinación por la literatura, la familia juega un rol central, no están de acuerdo en que son solo los dos y nada más. Se fortalecen y hacen lo posible que sus familias también sean parte de sus vidas.
Antes de enamorarse, ambos trabajaban y juntos en el Ministerio de Culturas. Agradecen a Rocío Lucero, la abogada del Ministerio que los juntaba para almorzar. Pero fue un viaje laboral a Paraguay lo que les empezó a unir, pues ninguno se animaba a ser más que amigos. Allá se respaldaron de forma profesional en una representación por Bolivia, se ayudaron mutuamente y demostrando que hacían un excelente equipo. En la celebración por su éxito, David Aruquipa hizo su mayor apuesta y le desafío a darle un beso, Guido no lo pensó dos veces, pese a que en el bar donde se encontraban sufrieron el primer acto de discriminación, no por parte de los dueños. Otros les pidieron que se vayan irse a otras direcciones, aceptaron, no sin antes darse otro beso. Fueron parte de un tours de bares que se convirtió en una de las mejores noches de su vida. Por circunstancias de la vida, ninguno de los dos buscaba pareja y no sabían si lo de Paraguay, se había quedado allá. Pero en un viaje a Tiawanacu lo confirmaron en una charla de tres horas. “No sentimos que pasó el tiempo y si no sientes que pasa el tiempo con una persona entonces ahí ya era, de hecho”, reconoció David.
El hijo de Aruquipa fue la llave para que ellos decidieran vivir juntos. David le dijo: “Alejandro, mira, tú conoces a Guido y ¿qué te parecería si yo iniciara una relación con él y vivir con él en la casa?”. Él me respondió: “Pero hazlo, se feliz, viví”. Esa ha sido la bendición para que vivamos juntos.
La alteña Luna y su novio Henry son el primer matrimonio transexual de Bolivia
Para Luna Humérez, el sueño que tenía se hizo realidad: ser una mujer legalmente casada con el hombre que ama. Ella es la primera transexual boliviana en contraer matrimonio el 30 diciembre de 2016 en el país. La celebración fue en la ciudad de El Alto, al cabo de un proceso tedioso ante el registro cívico
“Gracias a Dios y los padres que nos tocaron porque cuando empezamos a vivir, nadie de los familiares, ni de parte suya, ni de la mía, se opusieron a la relación”. Luna y Henry recibieron el consentimiento desde el primer momento para dar el paso a formar una vida juntos.
Su casamiento fue consecuencia de la vigencia de la Ley de Identidad de Género 807, que reconoce derechos civiles.
Luna fue sincera desde el principio con Henry, respeco a su sexualidad, y Henry se enamoró de ella tal como era.
Su flechazo se dio en un karaoke donde se conocieron gracias unos amigos en febrero del 2015. Enamoraron y en noviembre del mismo año decidieron vivieron juntos. Un año después se casaron.
A Luna le conquistó que Henry es trabajador, cariñoso, sencillo, alegre y perfecto para ella. Ambos disfrutan de ver la serie Dragon Ball y como aún son jóvenes no piensan todavía en tener hijos, pero opinan que tener un hijo es una responsabilidad demasiado grande. Mientras decidieron adoptar un perro, color negro que le dicen gordito, pues le dan de comer demasiado, lo llaman y lo tratan como a un hijo. La mascota es de los dos, los une bastante. Los tres se sienten una familia muy unida y Luna se siente afortunada de llevarse con la familia de su esposo.
El viaje más hermoso que tuvieron fue en su luna de miel a Estados Unidos.
Henry da ánimos a Luna en su vida de activista y lucha por los derechos y contra la discriminación, al colectivo LGTB. Como una más de las transexuales lamentó que por falta de inversión laboral, el 90% de las personas transexuales se dedica a la prostitución. No es el caso de Luna pues ella no se enfrentó a la problemática, pero no le parece que otras transexuales tengan que transitar por aquello. “Tengo un negocio, entonces no he ido a buscar un trabajo a ningún lugar, pero yo creo que sí lo haría sería muy difícil. La gente no está preparada, es por eso que ni se atreven a buscar un trabajo”. Eso sí, desde junio de 2017 se permite el matrimonio transexual.
Luis y Jimmy son activistas por la adopción de hijos
No nos pusieron trabas por el hecho de que económicamente éramos independientes, emocionalmente y mentalmente estábamos con una madurez para poder afrontar las cosas y se dieron de una manera maravillosa con su familia y con mi familia”, explicó Luis Daniel Agreda.
Agreda ya conocía a Jimmy el año 2003 por amigos en común. En ese entonces él tenía otro novio. Años después el 2009 se volvieron a encontrar, cuando ambos estaban solteros. Luis se puso en plan de conquista, empezaron a salir, a ir a lugares, a cenar, al cine. Entonces, luego de conocerse mejor, Luis le pidió que fuera su novio y desde ahí empezó la historia de amor en octubre del 2009 y en enero del 2010 decidieron vivir juntos. “Fue interesante porque fue rápido para ambos, pero era porque habíamos salido de relaciones largas y teníamos claro que en algún momento queríamos experimentar eso de la convivencia, para nosotros fue lindísimo”. Agreda reveló que como en cualquier relación, ya sea heterosexual, la convivencia es toda una experiencia porque es adaptarse a la forma de vivir del otro y entrar a un juego de ceder, aprendiendo los usos y costumbres que normalmente tienes cuando estás solo, que pasa en cualquier tipo de relación.
Ambos son activistas en el tema de adopción por parejas del mismo sexo, creen que, no solo ellos, sino todas las personas tienen el derecho. “Para nosotros ya estar juntos es hacer una familia, tenemos las mismas capacidades emocionales, que son las principales para formar una familia, para poder adoptar, tenemos la estabilidad emocional y es una de las bases más importantes”.