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La Paz, 19 de mayo (Urgentebo).- Como parte de la Larga Noche de Museos la Cinemateca Boliviana preparó un programa especial, se trata de la selección de Sopocachi en Cortos con la presentación de “Recorrer esta distancia” de Francisco Ormachea (27 min.) y “Don Quijote en la ciudad de La Paz” de Jean Claude Eiffel (29 min.) a las 19.30 y “De paso” dirigida por Francisco Cajías de la Vega (21 min.) y “Arcano” de Diego Torres (15 min.) a las 21.30
Para el crítico y cineasta Claudio Sánchez, la reflexión sobre los contenidos audiovisuales tiene tantos matices como uno pueda imaginar. En este caso particular es un barrio de La Paz que convoca a pensar en la representación que se ha hecho sobre la ciudad desde ciertas locaciones, como también desde ciertas concepciones sobre lo que es y sucede en ese lugar. “Sopocachi amerita una nueva celebración de su existencia desde su propio lugar en el video boliviano a lo largo de casi tres décadas”.
Habiendo elegido cuatro cortometrajes: De lo que le avino a Don Quijote en Nuestra Señora de La Paz (Jean Claude Eiffel, 1989), Recorrer esta distancia (Francisco Ormachea, 1988), De paso (Francisco Cajías, 1998) y Arcano (Diego Torres, 2013). Todos ellos relacionados a cierta cuestión que puede denominarse “la esencia de Sopocachi” se pueden ver casi tres décadas de un barrio que ha cultivado cierto gusto por las bellas artes, y ha brindado sus calles e ideas a creadores de la más diversa índole.
Afirma que el impacto que ha tenido en la historia del video boliviano la institucionalización del Concurso Amalia de Gallardo organizado por la Alcaldía de La Paz ha permitido que la producción se manifieste viva más allá de los grandes estrenos en pantallas comerciales. Del mismo modo ha permitido repensar la propia ciudad desde los más diversos niveles. Una clara muestra de esto es que de los cuatro cortometrajes escogidos, tres han sido parte del Concurso, todos menos Arcano de Torres.
Para no perdérselas
Dos de los cortos tienen origen en la literatura, se trata de la obra de Eiffel que adapta “Don Quijote en la ciudad de La Paz” del escritor Francisco Bedregal, y la de Ormachea que adapta los primeros capítulos de Felipe Delgado, la novela de Jaime Sáenz. Ambas obras – las literarias – buscan en la ciudad de La Paz su razón de existir, cada una a su manera y con sus propios medios, y es esto lo que motiva a los realizadores a tomarlas como inspiración de los videos. El corto de Eiffel tiene a El Montículo como escenario de una escena casi al final en la que el propio Don Quijote camina desalentado luego de haber visto lo que con su escudero han hecho, y como Sancho ha sucumbido a las tentaciones del poder, es en El Montículo donde Don Quijote parece reflexionar sobre lo que ha visto, y más que darse por vencido restituye su esperanza en lo que vendrá. En el caso de “Recorrer esta distancia”, El Montículo es más bien el lugar de la infancia, no es una opción de esperanza sino más bien de añoranza. Qué hay entonces con este escenario que es por sí mismo un lugar donde estar para ver, teniendo en cuenta que se trata de un parque mirador de la ciudad.
“De paso”, el corto de Cajías recurre más bien a otra cuestión, mucho más simbólica, darle protagonismo a la casa donde el personaje retorna, que no es otra sino la famosa casa de don Flavio Machicado donde se suceden las tradicionales Flaviadas. Este domicilio particular ubicado en la Avenida Ecuador es uno de los centros de la cultura en Sopocachi, porque ahí la gente se reúne – aún hoy – a escuchar música clásica. Es esta la casa que elige Cajías para hacerla locación de su corto, en el cual el personaje principal es protagonizado por Jorge Ortiz. Hay en De paso un gesto de homenaje al fotógrafo Javier Molina que ilustró el libro Imágenes Paceñas de Jaime Sáenz. Aquí reside otro diálogo que ha tenido como constante la realización de video en La Paz, la influencia de la literatura sobre sus argumentos.
El cuarto corto es de Diego Torres, vecino de Sopocachi, y por esto mismo se le puede reconocer su diálogo con el entorno inmediato. Una vez más El Montículo se convierte en el principio y final de la historia, en la que dos jóvenes buscan las respuestas a la existencia, queriendo encontrarla a través un portal imaginario que les brinde la posibilidad de escuchar a la montaña, o en caso más preciso escucharse a sí mismos. “El Montículo es el alfa y omega de una historia mucho más conceptual, que se apoya en la voz en off de su protagonista, esta vez sobre la base de un texto poético escrito por el propio cineasta”.
“Sopocachi en corto es una posibilidad de ver al barrio más allá de sí mismo, como también desde su propio centro. Ciertas referencias devuelven siempre la mirada a Sopocachi y sus más cinematográficos escenarios, y con ellos a su más noble esencia que se encuentra en los habitantes de la zona.
