11 de octubre (Infobae).- La decisión de Samsung de retirar el Note 7 de las tiendas por segunda vez en menos de dos meses por los incidentes de explosiones en sus baterías causó el desplome del valor de sus acciones y sembró las dudas en accionistas y clientes sobre el control de calidad de la empresa, un daño a su reputación que será difícil de revertir.
"Apaguen y dejen de utilizar" su smartphone, fue el consejo del fabricante asiático. En consecuencia, sus acciones cayeron este martes un 8,04 por ciento en la Bolsa de Seúl, lo que representa una pérdida de casi USD 20.000 millones en capitalización bursátil. El abrupto desplome fue el mayor descenso intradiario desde 2008.
Sin embargo, ello no contabiliza el total de la fortuna que el fabricante de celulares dejará de ingresar a sus arcas. Los analistas estiman que el fin definitivo de las ventas del Note 7 significaría a Samsung dejar de vender unos 19 millones de dispositivos, lo que le costaría hasta USD 17.000 millones, según informó Reuters, y mancillaría la imagen de sus otros modelos, antiguos y nuevos, en la mente de consumidores y operadoras.
Por su parte, Linda Sui, directora de la consultora Strategy Analytics, calculó que Samsung perdería "más de USD 10 mil millones" por la pérdida en ventas.
Inicialmente, se esperaba una pérdida de USD 5 millones en ventas para el tercer trimestre, pero los defectos reportados también en el reemplazo del modelo hundieron las esperanzas de remontar la crisis.
El dis
ositivo lanzado en agosto estaba diseñado para competir contra el último iPhone de Apple por la supremacía en el mercado de móviles de gama alta. Bien recibido por la crítica, su primer problema fue una enorme demanda de dispositivos que superaba la oferta.Pero a pocos días del lanzamiento, las imágenes de dispositivos Note 7 carbonizados comenzaron a aparecer en redes sociales, en el primer y duradero síntoma de que algo funcionaba mal.
Apple, con su iPhone 7, y Google, con su recientemente estrenadosmartphone Pixel, esperan tener una temporada navideña de ensueño ante la crisis de su competidor asiático.
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