19 de diciembre (Urgente.bo).- Apenas un niño, pero con el valor suficiente para dejar su país, se fue a Chile en busca de su padre que era militar y un hombre de teatro. Estas experiencias le sirvieron como escuela, la imaginación voló, él se daba modos de jugar en casa con piedras y les ponía ojos con pintura.

“En el rio tienes muchas piedras, pero si agarras una y le das forma se convierte en arte”, dice quién ahora es un hombre de gran reconocimiento, con experiencia en la radio, televisión, cine y un referente del teatro nacional, que es llamado por muchos…MAESTRO.

Si bien antes era una persona muy tajante, con el tiempo se fue suavizando, midiendo las cosas y comprendiendo que la tolerancia es la base de la convivencia, que todo tiene su razón de ser, pero que cada quien debe buscar la razón del otro.

Al haber vivido en Chile una etapa de su vida, creció en lo que él llama un ambiente optimista, lo que le ayuda a transmitir confianza, amor a sí mismo.

Una etapa de lucha

Durante las épocas en las que no había un gobierno legalmente constituido, se aprovechaba para poner muchos impuestos, incluso algún inspector que controle entrada por entrada cada presentación, cosas que no hacían, por ejemplo, con el contrabando.

Ante este escenario, se plantaron alternativas para continuar con las presentaciones. “No vamos a pagar impuestos porque ustedes no han luchado contra la piratería, el contrabando, porque nos atacaban y nosotros no somos como otros productos, nosotros alimentamos al pueblo con las ganas de ser boliviano”, dijo Ugarte.

Se los consideró revolucionarios, porque con ideas se podían criticar ciertas cosas, por ejemplo, el hecho de tener canchas, pero no teatros, y es que como dice Santalla “el teatro hace pensar al pueblo y pueblo que piensa no conviene”.

Cuando se quiere hacer un montaje no todo es posible, no siempre hay la posibilidad y muchas veces solo se queda en ideas porque no hay fondo de arranque para hacer puestas en escena y otras cosas.

“Somos creadores de arte e importadores de autores”, dice manifestando que se necesita apoyo, ¿se imaginan espacios completos? Que den paso a exposiciones de pintura, conciertos y presentaciones teatrales ayudando a que la gente tenga la oportunidad de mostrar su talento.

Cuestión de fe

De un momento a otro parte del país se había conmocionado, David Santalla se encontraba muy delicado de salud en el hospital y se llegó incluso a pensar que era el final, la gente se dio cita en puertas del nosocomio para estar al pendiente de su estado de salud.

Luego de estar paralítico, comenzó a moverse poco a poco, una de sus penas era no poder dibujar con la mano derecha por lo que estaba aprendiendo a hacerlo con la mano izquierda. Un día sacando de contexto y poniendo el mejor de los ánimos preguntó:

• ¿Doctor que tengo?
• . es posible una leucemia, cáncer en la sangre. Le dijo.
•  ¿Cáncer? ¿No podía ser virgo, leo, géminis? Respondió tomándolo con el mejor humor posible.

Su mejor medicina fue el optimismo y la fe, porque para él, si tienes fe en ti mismo, transmites eso al ser superior puede superar cualquier obstáculo. Pasó un tiempo y finalmente salió del hospital, se admiró al ver velitas en las gradas, la gente había hecho novenas, realmente estuvieron pendientes, al ver esto, lo primero que pensó fue “que hermoso pueblo tenemos, que sentimental, eso quiero, que la gente tenga sentimientos en lugar de vivir de memoria”.

Uno de sus pilares

El temor, el poder de la crítica que muchas veces nos frenan a realizar ciertas cosas, también le paso a Santalla que tenía escritos guardados y quien sabe, de no ser por su esposa no los hubiéramos conocido, ella lo impulsó a publicar estos escritos, llamo editores y lo hizo posible, lo animó a hacer muñecos e incluso volverse feriante.

“Por amor al arte y por almorzar también”, dice. Santalla asegura que uno tiene que darse modos para vivir, el tema económico influye, pero uno se da los modos, cuando faltaban las presentaciones estaban lo libros, muñecos y otros que con la ayuda de su esposa pudo concretar.

Entre otras cosas, es la razón por la que Sandra Saavedra es una de las personas que el maestro admira y que hace muchas cosas para darle un reconocimiento mayor, entre ambos, existe una admiración mutua y notable.

Hacer sentir

Si bien Santalla estudió para ser constructor civil, vio en el teatro otra forma de construir y con 57 personajes creados por él, logró hacer que cada uno posea características que hace sentir a la gente identificada porque representa a diferentes sectores. Algunos somos contradictorios como don Enredoncio, somos caprichosos, pero dulces como la abuela. Aún más somos como la Imilla que es tan querida por muchos y nos muestra ese choque cultural entre el campo y la ciudad.

Es una de las cosas que hacen diferente a su compañía Santallazos, porque todo está en sentir, en darle diferentes formas a una sola palabra y en hacer que la gente se conecte con las historias presentadas en tablas. Así mismo, es lo mismo que quiere transmitir en sus clases, alimentando el talento sin medida de la gente que poco a poco va iniciando su vida en el teatro u otras actividades.

Como director su idea no es formar actores, en lugar de eso cree en enseñar a las personas a descubrir sus capacidades internas, fomentando la creación, dejando volar la imaginación.

¿Cuarentena?

Para Santalla y para muchos fue más una “noventena o cientena” como lo dice, pero a pesar de lo complicada que fue la situación las actividades no pararon ya que continuó escribiendo y logró realizar por lo menos 15 comedias.

Con la llegada de la pandemia la gente se vio obligada a estar en casa y tuvo que sobrellevar el confinamiento con algunos productos culturales.

Perseverancia

Santalla dice que “cada artista es como un cohete, llega alto, revienta y luego no se lo ve, dejemos de ser cohetes, seamos más consistentes”. Por lo que considera que las cosas más importantes para aquellos que quieren seguir sus pasos son “perseverancia porque da sus premios y la honradez consigo mismos”, es así que David Santalla seguirá ayudando a formar algunas de las futuras generaciones del teatro.

Texto de Andrea Huanca Alegría sobre el actor David Santalla

Estudiante de Periodismo en UNIFRANZ

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