La Paz, 10 de febrero (Urgentebo).- “Quiero decirles que no tengo resentimientos contra nadie, ni siquiera con los fiscales que son mis verdugos en un juicio político, un juicio injusto. Ni odio, ni un ápice de odio y sólo tengo firmeza y esperanza para afrontar estos desafíos", concluyó con esas palabras el líder de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, su intervención en el juicio que lleva adelante ante el Tribunal Supremo de Justicia al empresario por el caso Formación de Capital en Áreas Secundarias (Focas).
Hoy, tras al menos cinco recesos en la audiencia, por fin Doria Medina pudo decir su verdad sobre los delitos que se lo acusan: incumplimiento de deberes, contratos lesivos al Estado y conducta antieconómica, al realizar el traspaso de 21 millones de dólares a la Fundación para la Producción (Funda-Pro) en 1992, cuando era Ministro de Planificación.
“Yo les pido que no alberguen ningún resentimiento de odio. Porque si caemos en eso no vamos a llegar a nada, porque la Bolivia que queremos construir no se construye con el odio, se construye desde la unidad, desde la esperanza y estoy convencido de que los bolivianos podemos vivir juntos”, dijo el líder de UN.
Doria Medina admitió que la Embajada de Estados condicionó la entrega del dinero a Fundapro para que ese país condone a Bolivia 300 millones de deuda económica “era un buen negocio”, dijo.
Además indicó que con el proyecto Focas se beneficio a 338.000 pequeños empresarios. “No hay duda que el aporte a económico a Funda-Pro fue una de las medidas económicas más acertadas de los 90”, sostuvo.
La carta
Una carta que envió EEUU al Gobierno boliviano en 1992 dice: “Confirmamos que fue un requisito de nuestro gobierno para la condonación de la deuda del proyecto FOCAS, la transferencia de esos recursos a una fundación privada sin fines de lucro, en este caso, a la Fundación para la Producción (Fundapro)”.
Al respecto, el líder de UN explicó que ni el mismo Encargado de Negocios de EEUU, Peter Brennan, pudo dar con la misiva, pese a las consultas al Departamento de Estado y USAID . Contó que tomó varios meses hallar “esa certificación” de un hecho que se retomó después de 26 años.
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