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El Chapo tenía en su radar a Bolivia y su hijo estuvo acá el 2011

El escaso control aéreo boliviano puso a Bolivia en el radar del Chapo Guzmán. El cartel de Sinaloa empieza a expandirse en Sudamérica.


Martes 14 de Marzo de 2017, 6:45pm






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La Paz, 14 de marzo (Urgentebo).- Durante el año 2011, Jesús Alfredo Guzmán, hijo del peligroso y conocido narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, estuvo en suelo boliviano.

Según distintos reportes y la información obtenida por la revista Oxígeno en contacto con la organización anti narcótico colombiana InSight Crime, el hijo del Chapo habría llegado a Santa Cruz de la Sierra, donde tomó clases de pilotaje aéreo en una de las tantas escuelas que hay en el oriente del país.

Esta información, que también fue divulgada en marzo de 2015 por el ex ministro de Gobierno, Hugo Moldiz, prendió las alarmas del Gobierno de Bolivia, que encontró vínculos que unían al ex Comandante General de la Policía, Oscar Nina, con el cartel de Sinaloa, de dominio del Chapo Guzmán.

Moldiz confirmó que Jesús Guzmán, hijo de El Chapo, viajó a la ciudad oriental de Santa Cruz en 2011, donde asistió a una escuela de aviación y se reunió con miembros de la FELCN y con la complicidad de funcionarios incluyendo a Nina, quien ahora guarda detención preventiva.

Y es que según declaraciones de quien fuera su piloto personal, El Chapo le contó que realizaba constantes visitas a Bolivia y a otros países de la región.

“En todas partes dicen que soy el jefe de cártel de Sinaloa. Pero eso no existe, mi grupo se llama Alianza de Sangre. Yo he ido muchas veces a Sudamérica: Argentina, Bolivia, Perú… más que todo a Medellín, donde tienen las mejores ‘morras’ (prostitutas), voy a volver contigo y vas a ver de visita por acá a mucha gente importante de Colombia y Sudamérica”, le habría dicho el narco al piloto.

Sin embargo, Jeremy McDermott, especialista en temas de narcotráfico latinoamericano de InSight Crime, aseguró que esto no significa que Joaquín El Chapo Guzmán haya estado en territorio boliviano. “No creo que el Chapo haya estado en Bolivia, porque él se queda en lugares donde se siente cómodo e históricamente esto ha sido México y Norteamérica. Para cualquier narco ir a una zona sin redes de apoyo ni anillos de seguridad sería muy riesgoso”, dijo.

Empero, la llegada del hijo de Guzmán a territorio boliviano sí muestra que el país estaba en el radar de sus negocios, sobretodo, por su ruta y escaso control aéreo. Por eso, la visita de Jesús Guzmán también habría tenido otro objetivo oculto: conocer las rutas aéreas bolivianas.

Douglas Farah, periodista e investigador norteamericano especializado en temas de narcotráfico, aseguró a Oxígeno que la visita del hijo de Guzmán responde además a que El Chapo habría estado en busca de comprar y dominar el mercado de la base de cocaína boliviana, sobre todo en las zonas orientales del país.

“(El Chapo Guzmán) Tenía suficiente confianza para mandar a su hijo a coordinar actividades en Bolivia. De ahí se iba creciendo y entraron varios grupos mexicanos para comprar cocaína tanto en Bolivia como Perú y Colombia”, señaló.

Y es que Bolivia no está preparada para combatir con eficacia el tráfico aéreo de drogas, lo que lo convierte en un paraíso para transportar los narcóticos sin casi ningún riesgo.

Sin embargo, el viceministro de  Defensa Social, Felipe Cáceres, aseveró que en Bolivia no hay carteles organizados del narcotráfico, por lo que una presencia del cartel de Sinaloa en el país se da por descartada.

Los expertos consultados por la Revista Oxígeno coincidieron en señalar que no hay indicios de que el cartel de Sinaloa tenga presencia en suelo boliviano en la actualidad.

Lo que es cierto es que en el país no hay casi ningún tipo de control aéreo. A pesar de que el 2014 el presidente de Bolivia, Evo Morales, promulgó  una ley que permite a las fuerzas armadas derribar aviones implicados en actividades ilícitas como el narcotráfico o que violen las normas internacionales y de seguridad del Estado, “es imposible controlar todo el tráfico aéreo, sobretodo porque Bolivia limita con cinco países”, señala McDermott.

A esto se suma que, por el momento, el país no cuenta con radares para el control de su espacio aéreo. Desde el 2019 Bolivia contará con 14 de estos radares, según lo estipula el contrato que firmó el Gobierno boliviano con la empresa francesa Thales Air Systems SAS.

“Bolivia tiene muy poca resistencia al crimen organizado transnacional. Han hablado de comprar radares pero la Fuerza Aérea de Bolivia no tiene los recursos de cubrir todo el espacio aéreo y sin los radares no hay ninguna chance, entonces en este momento Bolivia es un cielo abierto”, asegura el especialista de InSigth Crime.

Finalmente, otra razón es que Bolivia aun desarrolla una alianza regional contra este problema, sobre todo tras la expulsión de la DEA.

“Los americanos son los que tienen más conocimiento sobre la inteligencia regional y estratégica del narcotráfico, entonces con la salida de los americanos la policía antinarcótica perdió mucha inteligencia y recursos. Además, con la expulsión de la DEA, muchos que tenían orden de captura en otros países puede entrar tranquilamente en Bolivia, porque no hay nada que los ponga como un blanco de captura”, aseveró McDermott

Por eso, el país se ha convertido, cada vez con más frecuencia, en el territorio preferido por los traficantes de droga para transportar estas sustancias ilícitas.

El viceministro de Defensa Social reconoció que en la frontera de Brasil, especialmente en el departamento de Santa Cruz y la Chiquitania, se produce cocaína, haciendo de Bolivia un país de tránsito no solo de la droga peruana, sino también de la marihuana paraguaya.

Según la información obtenida por Oxígeno, el país sería usado en narco vuelos provenientes de Perú, Argentina, Colombia y Brasil, la mayoría con destino europeo.

En Bolivia, según diversos informes internacionales, la mayoría de las pistas de aterrizaje clandestinas se encuentran en Santa Cruz de la Sierra y Beni, los epicentros de la distribución aérea de la droga hacia Argentina, Paraguay y Brasil.

Según Jeremy McDermott la razón por la que los narcotraficantes han preferido usar vuelos para el transporte de las sustancias ilícitas es porque así se puede llevar un cargamento más grande en menor tiempo; además que sólo tiene que pasar por un par de manos, lo que aligera el costo y, sobretodo, disminuye los riesgos de robo e interdicción.

Las escuelas de pilotos

Una de las razones más importantes por las que el país es un “paraíso” aéreo para los narcotraficantes es la gran cantidad de escuelas de pilotaje que hay en el oriente.

Una investigación realizada por periodistas argentinos destaca que en Santa Cruz habría 11 escuelas de aviación, en las que cientos de jóvenes de Bolivia, Colombia, Perú, Brasil y otras naciones del Cono Sur se forman como pilotos privados.

La desproporcionada cantidad de academias abiertas en El Trompillo llamó la atención de organismos antinarcóticos. Poco antes de ser desplazada de su cargo, en mayo de 2014, la exdirectora de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas de Perú (Devida) Carmen Masías, vinculó estos centros de instrucción con la plaga de vuelos narcos registrada entre Bolivia y los valles cocaleros su país.

En esa misma línea, el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, vinculó a parte de las escuelas de pilotos, principalmente del departamento de Santa Cruz, con el puente aéreo del narcotráfico con Perú.

“(En) algunas zonas del oriente del país ha proliferado la flotilla de avionetas, como se han multiplicado los centros de formación de pilotos y obviamente, no digo todos, pero parte de ellos, sin duda, están alimentando esta actividad ilícita del comercio y la droga”, aseguró.

Precisamente en una de estas escuelas habría estado el hijo del Chapo Guzmán, Jesús, el 2011, cuando llegó a Santa Cruz de las Sierra.

Fuentes consultadas por Oxígeno aseguraron que “es un secreto a voces” que estas escuelas son usadas por narcopilotos.

“En Santa Cruz hay varias escuelas de pilotos y son conocidos como centros de entrenamiento para narcopilotos. Ha habido varios rumores, pero nada concretos, sobre miembros del cartel de Sinaloa usando estas escuelas, pero eso es imposible de comprobar”, señala, por su parte, Douglas Farah, especialista norteamericano en temas de narcotráfico.

Jeremy McDermott, por su parte, asegura que no hay pruebas que emisarios del cartel de Sinaloa operen en el país, pero sí es un hecho que carteles brasileños y colombianos tienen operaciones en el oriente boliviano.

“Para nosotros más importante que lo mexicanos en Bolivia son los colombianos y brasileños. Un gran porcentaje del narcotráfico de Bolivia pasa por Brasil, sobretodo el de pasta básica. En cocaína son los colombianos los que manejan el negocio y los colombianos tienen varios laboratorios en Bolivia. De los mexicanos no tenemos tanta evidencia de que ellos tienen una presencia permanente en Bolivia, como un reducto del cartel de Sinaloa no tenemos pruebas de eso, hay muy pocos mexicanos capturados en Bolivia, y hay más colombianos y brasileños”, aseveró.

Según se pudo averiguar, gracias a distintos reportes, con solo 17 años se puede ingresar a unas de las tantas escuelas de aviación que tiene Santa Cruz de la Sierra. Los cursos son de tres a ocho meses y cuestan -con todos los gastos incluidos- entre 30 y 40 mil dólares.

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