Abril 23, 2024 [G]:

El hambre por decisión

Dino Palacios, columnista de Urgentebo.com, hace un análisis sobre la huelga de hambre, la extrema protesta que en el caso de Bolivia inclusó llegó a ser ejercida por autoridades electas, cuando históricamente ha sido expresión de los grupos más oprimidos


Lunes 7 de Noviembre de 2016, 10:30am






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Cuando el gobernador del departamento de La Paz, Félix Patzi, se declaró en huelga de hambre el 25 de julio por más recursos para el departamento, la reacción que me generó fue de extrañeza y desasosiego. Una autoridad tiene que ejercerse pensé y resultaba raro, sino burlesco, acudir a una medida de protesta como la huelga de hambre que más bien tradicionalmente se inscribe dentro de los métodos de resistencia pacífica a la que acuden los desamparados, es decir aquellos que no tienen acceso al poder.

Sin embargo, inmediatamente me vino a la memoria sucesos similares en nuestra reciente historia política de diversa índole.

Presidentes huelguistas

Entre los presidente huelguistas destaca Hernán Siles Zuazo. Recurrió a la huelga de hambre, el jueves 29 de octubre de 1984 reclamando a la COB y a los opositores que lo dejaran gobernar. Semanas antes, había sido secuestrado por un grupo armado de policías, militares y civiles, proporcionándonos un ejemplo más de que el realismo mágico en nuestro entorno no es necesariamente mágico sino puro realismo.

Pero Siles Zuazo era reincidente, en 1956 había realizado una huelga de hambre para implantar el Plan de Estabilización Eder y entre otras reacciones generó la renuncia de su vicepresidente Ñuflo Chavez. En 1964 también adoptó la huelga de hambre para frenar las elecciones, en esa oportunidad desde el llano como dirigente político.

Evo Morales ayunó como presidente; como primer mandatario inició su huelga de hambre el jueves 9 de abril del 2009 y duró 4 días, la medida era en contra del Congreso demandando la aprobación de una nueva ley electoral. Desde las bases, Evo Morales como dirigente sindical había hecho antes varias huelgas de hambre. La huelga iniciada el jueves 24 de febrero de 2002 se instaló junto a Román Loayza  y otros en el Parlamento como reacción a su desafuero como diputado.  Antes en noviembre de 2000  en la sede de Derechos Humanos, en Villa Tunari, intentaron matarlo, siguió trabajando para defender la coca y así se produjo una marcha impresionante, como resultado: “Me encarcelaron. Me declaré en huelga de hambre seca, ¡seca!, sin agua. Tres días fueron”.

En el país han realizado huelgas de hambre todos los sectores por diferentes reivindicaciones. Hemos tenido huelgas por ejemplo de discapacitados, cooperativistas mineros, universitarios, profesores normalistas, reos, contrabandistas de vehículos,  familiares de detenidos, etc. Tuvimos el 2015 una huelga de hambre de padres que reclamaban por sus hijos aplazados. En septiembre de este año se anunció una huelga de hambre de trabajadoras sexuales si cerraban sus locales.

Las mujeres protagonistas

Sin embargo, la tendencia marcada en el país en materia de huelgas de hambre tiene como protagonistas e impulsoras a las mujeres movilizadas.  Son destacables  y recurrentes las huelgas de hambre de las esposas de uniformados; sean policías o suboficiales del ejército. La primera mujer presidenta del país, Lidia Gueiler organizó en 1951 una huelga de hambre en protesta por la anulación de las elecciones que había ganado Víctor Paz Estenssoro.

Termino rindiendo homenaje a quienes realizaron la huelga de hambre mas importante de la historia boliviana. Esta acción fue protagonizada por cuatro mujeres, con participación de sus 18 hijos y alguna de ellas embarazada; cuyos esposos trabajaban en Catavi y Siglo XX. Las valerosas cuatro mujeres mineras que lideraron la huelga que luego se transformó en huelga de hambre de decenas de miles fueron: Luzmila de Pimentel, Nelly de Paniagua, Aurora de Lora y Angélica de Flores.

Gracias a la huelga iniciada días después de navidad, el 28 de diciembre en la sede del Arzobispado de La Paz, de la calle Ballivián casi esquina Colón, se recuperó la democracia. Esa huelga creció en enero de 1978 y obligó al dictador Hugo Banzer aprobar la convocatoria a elecciones que se realizaron en julio. A esa huelga se sumaron también varios curitas ejemplares: Julio Tumiri, Xavier Albo y Luis Espinal.

Lucho Espinal luego escribió: “No queremos una prudencia que nos lleve a la omisión, y nos haga imposible la cárcel. La terrible prudencia de acallar los gritos de los hambrientos y los oprimidos. Danos sinceridad, para no llamar prudencia a la cobardía, al conformismo, a la comodidad” (Oraciones a Quemarropa, 2015).

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