10 de enero (Grecia Torrez, Urgente.bo).- El lente de Magdalena es cada vez más aguzado y exquisito. Su determinación no tiene límites, día a día trepa montañas, cruza ríos en busca de componer una imagen que sea elocuente en su historia. Ella es una fotógrafa que se siente a plenitud cuando tiene el reto de captar la estética infinita de la naturaleza.
Movimiento, emociones e historias son los que quedan congelados en el tiempo en el trabajo que refleja Magdalena en su fotografía. A través del lente de su cámara y de su arriesgada forma de capturar instantes, ha trasformado la manera de apreciar los paisajes bolivianos y la fotografía post nupcial.
Nacida en la ciudad de La Paz y desde muy pequeña, Magdalena se sintió atraída por la fotografía bajo la influencia de su padre. “Yo le veía que agarraba su cámara con sus películas antiguas, las cámaras antiguas y entonces hacía las fotos. Eran aquellos años cuando era pequeña”. Así Magdalena mientras aprendía los secretos de su papá, logró conseguir su primera cámara compacta que se convirtió en su compañera de aventuras y viajes. Y su aliada principal prácticas en las sesiones de fotografía.
“He arrancado en el mundo de la fotografía, cuando en aquellos años me dedicaba al diseño gráfico. Por ende, esa carrera se relaciona con la fotografía. Soy una persona que no le gusta depender mucho de otra o de alguien, intento hacerlo yo, siempre que puedo y tengo las posibilidades. Ahí es donde decido hacer yo mis propias fotografías, decido involucrarme más y darle al 100% en esos años y dedicarme a eso”, cuenta Magdalena a El Compadre.
Ella es una mujer de pocas palabras. Cada palabra tiene su riqueza particular. Pero ella es más expresiva cuando imagina una fotografía y más aún cuando la hace realidad, para lo que no mezquina esfuerzo físico. Asume riesgos para plasmar sus emociones y sentimientos en la captura de la belleza de instantes únicos e irrepetibles. “El paisaje circundante es lo que transforma un lugar en algo hermoso”, aconseja.
Magdalena inició su formación entre los años 2012 y 2013 con Enrique Gonzales, fotógrafo de nacionalidad peruana, con quien aprendió la composición y el lenguaje visual como focos centrales al momento de capturar una imagen. “Cada fotografía que ustedes van a apreciar, ver en algún momento, ha sido la preparación que yo he tenido con mi mentor Enrique, que en paz descanse. El me ha enseñado bastante y lo que hay que priorizar es el lenguaje visual que me ha tocado estudiar años de años y lo sigo haciendo, sigo estudiando ese detalle, por eso es que el resultado se ve en las fotos que ven en las redes”.
Una persona que quiera incursionar en la fotografía debe trabajar arduamente en el crecimiento de sus habilidades y capacidades al capturar una imagen: técnica fotográfica, creatividad y la habilidad para capturar una historia. Cada imagen debe ser elocuente en contar una historia. “Un fotógrafo debería no solo capturar una foto por el hecho de ser bonita, sino que debería tener una historia muy amplia donde no solo lo vea la persona del otro lado por el hecho de ser bonita, sino porque esa foto cuente una historia sin la necesidad de que lo diga el autor”.
ARRIESGANDO GANAS Y APRENDES
En la búsqueda de la creatividad e inspiración, Magdalena se adentró en el mundo de las altas montañas y el rescate mediante helicópteros. No dudó en hacer ascensos o descensos andinos para realizar el registro fotográfico. Y se siente orgullosa de aprender cada día y adquirir experiencia en cada sesión.
“Escalé una montaña el 2016 y casi caí, resbalé, tuve que caer tres o cuatro metros para abajo, pero gracias a mi guía pues no me ha pasado nada. La seguridad, el profesionalismo que tiene la persona con la que vas es importante. Yo caía como tres metros en ese momento, uno se imagina todo y la situación de peligro que pude afrontar, ha sido la experiencia que siempre me recuerdo, hoy en día tomo en cuenta esos detalles para no cometer esos errores”.
div class="media media-element-container media-default">Además, Magdalena asegura que el tipo de fotografía que realiza debe llevarse con mucha responsabilidad, tomando en cuenta el cuidado y la preparación de cada lugar y que para lograr el éxito se debe trabajar codo a codo con un equipo de confianza.
EL AMOR EN LAS MONTAÑAS
Magdalena tiene una gran meta, retratar el amor en las montañas, “esa meta me falta conseguir todavía, ya la tengo planificada, ya la tengo armada, incluso la foto, cómo va a ser. Es viajar a otro país a una montaña, no sé cuándo lo voy a hacer, cuándo lo voy a lograr, espero que sea pronto, mi objetivo es estar en otro país y viajar con una pareja, me falta una pareja que le interese esa propuesta, una vez que se logre conseguir y le interese esa propuesta esperemos lograrlo de una manera favorable”.
El trabajo fotográfico realizado por Magdalena es de suma exquisitez y para miradas amplias que valoralizan, no solo los hermosos paisajes bolivianos, sino la creatividad, el tiempo, la composición al momento de capturarlas, cada fotografía lleva un poco del corazón del autor.
“Si mis fotos te gustan, si mi trabajo te gusta y te inspira para hacer algo para ti o que puedas cumplir una meta que inspire eso, yo estoy más que feliz, porque lograr algo que uno quiere realmente para su vida es una satisfacción que solo uno mismo lo puede entender”.
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