Consulté por Facebook si debía escribir sobre “Macroeconomía del populismo” o “Los más grandes Comunicadores de la Humanidad” y, siendo que una amplia mayoría (64%) optó por lo segundo, paso a desarrollar el tema basado en lo que fue mi exposición en un reciente Conversatorio, al que fui invitado por la Universidad Privada Domingo Savio - UPDS (30.1.2019).
Si hay algo que caracteriza al ser humano, es su necesidad de comunicación. Como un ser social, el transmitir ideas, conceptos, etc., es inherente a toda persona, empezando en la casa. Pero así como no todos tienen la innata capacidad de comunicación para transmitir el bien, en contrapartida, excelentes oradores han desperdiciado dicho don, al transmitir ideas completamente equivocadas.
Especialistas en la materia han tratado de catalogar a los mejores comunicadores de la Historia sin llegar a un consenso, pues el hacerlo entraña una apreciación subjetiva. Se suele destacar a Pericles, Demóstenes, Sócrates, Abraham Lincoln, Winston Churchill, Mahatma Gandhi, John Kennedy, Nelson Mandela, Martin Luther King y hasta a Adolfo Hitler.
Sin embargo, hay un Comunicador -que pese haber dividido en dos la Historia- no suele ser referido porque despierta pasiones. Su nombre es, Jesús de Nazaret.
Jesús cautivaba a las masas con amor, utilizaba parábolas, ponía ejemplos, usaba palabras sencillas para hacerse entender principalmente con la gente del pueblo. Jesús predicaba las Buenas Nuevas de salvación del alma: ofrecía esperanza.
Su prédica atendía a los necesitados de ayuda espiritual, física y material. Su lenguaje distaba de ser condenatorio, pero no por eso consentía el pecado -al contrario- Jesús puso la vara más alta.
Jesús hablaba al corazón (emoción) pero también a la mente (lógica). Cuando era necesario les daba duro a los religiosos y era severo con ellos -los confrontaba- pero enseñaba también con paciencia a los humildes, como si fueran niños. Por eso la gente lo seguía y los religiosos lo perseguían (como también pasa hoy).
Tenía empatía y más de una vez lloró porque era sensible al dolor de los pobres. Hablando poco, decía mucho y no embaucaba a su auditorio, porque no haber razón para hacerlo.
¿Por qué fue Jesús el mejor Comunicador de la Humanidad? Por varias razones. No solo por su estilo -inalcanzable para los oradores habidos y por haber- pero también, porque a diferencia de todos: Él era el Mensajero y el mensaje, al mismo tiempo; el Verbo hecho carne; la Palabra de Dios; el Camino, la Verdad y la Vida…
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