Abril 25, 2024 [G]:

El Porvenir, nueve años después

Nueve años después, la masacre de El Porvenir, nos muestra el orden colonial en su forma químicamente pura, en su estructural medieval, hacendataria, corrupta y genocida. Nos muestra la Bolivia racista y sus privilegios de clase en la justicia penal.


Jueves 16 de Marzo de 2017, 10:15am






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“Porvenir” significa futuro, o suceso del futuro. En la convicción de quienes fundaron este poblado en el departamento de Pando, “El Porvenir” anunciaba un futuro de trabajo y dignidad, de vivir bien, y fue aquí precisamente donde se dio la masacre de las masacres, el genocidio que no es otra cosa que el asesinato selectivo por razones culturales. Es el delito de los delitos y ocurrió en “El Porvenir”.

Aún tengo en la retina las imágenes desgarradoras, recuerdo que UNITEL mostraba el informe diciendo que era un ejercicio militar de los soldaditos, una “revista” en jerga militar, pero UNITEL mintió, aun hoy me pregunto por qué mucha gente mira ese canal, parece que el morbo de la mentira tiene mucho peso, esa es la única explicación que encuentro.

Recuerdo también que Roger Pinto se rasgaba las vestiduras, jurando sobre biblia que lo de “El Porvenir”, fue “preparado artísticamente” por el gobierno de Evo Morales.

Recuerdo la confusión inicial de los medios en red nacional, el “departamentito” de Leopoldo Fernández se convirtió en el escenario de un genocidio en su versión de “masacre sangrienta” o sea un delito de lesa humanidad…

Recuerdo a la Amalia Pando logrando entrevistas exclusivas transmitidas por el canal 7 TVB desde el mismo lugar de los hechos, o entrevistas de testigos que habían salido de El Porvenir para La Paz, y con ello desnudar el montaje mentiroso de UNITEL, PAT y Red Uno. Eran otros tiempos los de la periodista. Tienen razón los que dicen que unos envejecen para bien otros para mal…

Hoy nueve años después, la estrategia de defensa de Leopoldo Fernández está dando resultados. Mejor de lo que ellos mismo esperaban.

Los quince años de sentencia tienen que ser vistos como un perdón anticipado, tiene que entenderse como resultado de una estrategia de defensa que ha tenido el acompañamiento cómplice de todo el sistema judicial.

Han “chicaneado” de tal forma, que los elementos de prueba de a poco están siendo desvirtuados y/o debilitados por el paso del tiempo, más de 100 incidentes procesales no es poco, han extremado recursos que requieren de una buena inversión económica y llegaron a la detención domiciliaria, es decir Leopoldo Fernández no está en la cárcel, sino que vive cómodamente en un domicilio particular. Claro es fácil hacer política y decir que eres perseguido político, si no estás en la cárcel.

Razón los abrazos con el indiologo Xabier Albó, el genocida de collas se abraza con el experto en collas. Dos genocidas distintos pero complementarios, el uno político, el otro antropólogo…

Los medios no reflejaron esa situación procesal, evaden decir que Leopoldo esta con detención domiciliaria, porque tiene plata y porque el sistema judicial es benevolente con el dios dinero.

Evaden informar sobre la cantidad de recursos e incidentes presentados por Leopoldo.

Muchas evasiones constituyen encubrimientos, complicidades mercenarias.

Lo de Pando está a punto de constituirse en un caso vergonzoso de la podredumbre en que ha caído la profesión de comunicadores, el oficio más peligroso del mundo, al cual hacía referencia el Gabo, en Bolivia es el oficio más rentable por su mercenarismo marketinero.

Sin duda, que en el ejercicio de la profesión se pueden cometer errores, pero es verdad también que una cosa es error y otra el dolo, esto es, la voluntad manifiesta y calculada de desinformar, de agredir a la opinión pública y violentar el derecho a la información. Por ello es que la Corte Interamericana de Derechos Humanos pone énfasis en la “doctrina de la real malicia” para penalizar el dolo en el acto de la desinformación.

Estamos asistiendo a un pedacito de la historia de la impunidad como privilegio de clase, como privilegio de un color de piel, como metabolismo de fantasmas insomnes que de cuando en cuando, emergen para mostrarse tal como son, los colonizadores del siglo XVI en pleno siglo XXI. Los pizarros y almagros tienen en la Bolivia colonial el privilegio de usar la justicia como uno más de sus instrumentos para escarmentar al indio.

Lo de El Porvenir, no puede quedar impune, pero será que los jueces de Leopoldo Fernandez y Carmelo Lenz lo entienden así? Lo dudo, como dudo que hayamos avanzado en la descolonización de la justicia, al contrario hay una recomposición colonial del sistema judicial, a pesar de los pocos indios que quedan dentro y teniendo a su lado un aliado monumental: periodistas mercenarios.

La clave para entender los acontecimientos esta en ver en conjunto: a) la retardación de justicia, b) la mediatización del hecho; y, c) la victiminización política del culpable.

Estos los tres componentes para comprender la decisión de los jueces de dar 15 años, cuál es la base doctrinal de su decisión, cuál es la base procesal y cuál es su formación política? Tres preguntas que respondidas nos dicen en todo qué es lo que finalmente pasó.

Nueve años después, la masacre de El Porvenir, nos muestra el orden colonial en su forma químicamente pura, en su estructural medieval, hacendataria, corrupta y genocida. Nos muestra la Bolivia racista y sus privilegios de clase en la justicia penal.

Al finalizar este artículo me entero por los medios que el juez de Riberalta decidió que Carmelo Lenz tenga detención domiciliaria, igualingo que Leopoldo Fernández.

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